lunes, 31 de octubre de 2011

Don Juan de Austria

Don Juan de Austria
Bartolomé Bennassar

Hay en Leganés una calle llamada Jeromín una de cuyas casas luce una plaquita en la que se afirma que allí vivió Juan de Austria durante tres años. Parece que el período que pasó allí (cuando aún era el hijo natural no reconocido de Carlos V) fue bastante feliz, aunque asilvestrado y poco adecuado para un personaje que luego desempeñaría cargos importantes en la monarquía hispánica.

El libro de Bennassar comienza por el final, relatando la muerte y los diversos sepelios de Juan de Austria. Después retoma los orígenes del personaje y desarrolla su peripecia vital cronológicamente, dejando para el final dos capítulos. En el penúltimo se describe la huella dejada por nuestro hombre en diferentes expresiones artísticas (poemas, cuadros y esculturas) y en el último se hace un resumen de los puntos oscuros de su biografía y de los aspectos que la documentación conocida hasta la fecha no permite aclarar (que parece que son bastantes puesto que nadie ha recopilado y clasificado la correspondencia de Juan de Austria que se halla en el archivo de Simancas).

Es un buen libro de historia. Da cuenta cabal del personaje, de su entorno y en los puntos conflictivos aventura hipótesis (justificándolas con documentos y hechos contemporáneos) y expone otras explicaciones alternativas a los mismos añadiendo la opinión que le merecen al autor. El capítulo dedicado a las manifestaciones artísticas inspiradas por nuestro héroe es quizá el punto más bajo del libro: en primer lugar porque no fueron tantas como para justificarlo en un libro tan corto, en segundo lugar porque Bennassar no tiene el talento de otros para estos menesteres y en tercer lugar porque es muy prolijo y nos atormenta con citas de versos y estrofas infumables. Queda compensado por el capítulo posterior (el último del ensayo) que es preciso y lúcido tanto en el tratamiento de los aspectos más polémicos de la biografía de Don Juan como en las conclusiones finales.

El estilo con el que está narrada la biografía es problemático; alterna dones, doñas y arcaísmos varios con interjecciones más propias del lenguaje hablado. Y quizá este sea el mayor defecto que le he encontrado: aunque es un buen libro para informarse sobre el personaje, no se disfruta con su lectura.

martes, 25 de octubre de 2011

El rumor de la montaña


El rumor de la montaña
Yasunari Kawabata
 
Así comienza el libro: con Shingo escuchando el rumor de la pequeña montaña que linda con su jardín. En la contemplación de la naturaleza (el cerezo en flor, el canto del milano, el arce rojo, la perra Teru y sus cachorros) la prosa de Kawabata se vuelve radiante, jubilosa. Para las personas reserva la inquietud, la soledad, las dudas.

Shingo es un hombre casado que ha cumplido ya los sesenta en cuya casa viven también su hijo y la mujer de este. Conforme progresa la narración diversas vicisitudes harán que la casa sea el refugio de otros miembros de la familia, lo que no impide que exista una gran sensación de soledad y desamparo en todos ellos. Expectativas frustradas, acontecimientos imprevistos y afectos no correspondidos marcan sus existencias si bien todos mantienen una aparente calma, comportándose como imaginan que los demás esperan que se comporten.

Entre la grisura también se abren paso rayos de luz: la peregrinación a un templo con una de las nietas, la compra de unas antiguas máscaras de teatro kabuki (¡quizá el fragmento más hermoso de todo el libro!), pequeños gestos y atenciones cotidianas que todos dan y reciben con agrado...

Y por encima de todo la escritura de Kawabata tan sutil, tan decapada, tan precisa que casi se diría que no está, que no se ha hecho ningún esfuerzo para plasmar esas emociones en un texto. No hay nada barroco en el maestro japonés, nada superfluo: todo está al servicio de la belleza y de la emoción.

lunes, 17 de octubre de 2011

El Gatopardo


El Gatopardo
Giuseppe Tomasi di Lampedusa

Parece que la escritura y la edición de esta novela pasaron por bastantes vicisitudes: su autor no era novelista, el manuscrito fue rechazado varias veces, finalmente se publicó cuando el autor ya había muerto... y después hubo interminables debates sobre lo apropiado de la versión de la novela elegida para esa publicación póstuma. En el prólogo a la edición de bolsillo de Alianza se afirma que, tras décadas de análisis y estudios, esa que tenemos en las manos es la versión “definitiva” del texto, la más próxima a la intención del autor.

He sido reacio a leer esta novela durante muchos años. Me parecía, sin saber nada de ella, una novela sobre nobles, cajitas de rapé, bailes de salón... pensaba que era una especie de Guerra y Paz raquítica derramada a lo largo de centenares de páginas. Esto demuestra lo necios que somos cuando nos dejamos cegar por nuestros prejuicios.

Para empezar es una novela corta y está admirablemente bien escrita (hubo dos pasajes de la novela que me emocionaron especialmente: el episodio en el que el príncipe sale a cazar y la noche del baile). El protagonista de la historia es quien da título a la misma: el Gatopardo, el Príncipe de Salina, el heredero de la saga de los Salina, nobles sicilianos. Las reflexiones de este hombre sobre los acontecimientos políticos de la Italia que se unifica, sobre su familia, sobre sus criados, sobre las gentes que le pagan tributos, sobre los nuevos ricos de la época y, en definitiva, las reflexiones sobre sí mismo y cómo él percibe todos estos sucesos son la razón de ser del libro. Curiosamente no es un libro panfletario ni a favor ni en contra de aquella nueva Italia y es como si el marco temporal se utilizase solo para dar sabor y aroma: ese Fabrizio, Príncipe de Salina, ya había existido antes y sigue existiendo hoy día y nosotros mismos en muchas ocasiones somos y nos sentimos como él.

Una novela gatopardesca.

martes, 11 de octubre de 2011

Heike Monogatari




Heike Monogatari 
Varios autores

He leído por ahí que “monogatari” es una palabra japonesa que significa, más o menos, “contar cosas”. Lo que se cuenta en este libro es la historia de la lucha por el poder del clan Heike en el Japón medieval. En realidad no se trata de un libro propiamente dicho puesto que esta historia de los Heike pertenece a la tradición oral japonesa: estas historias fueron transmitidas y contadas por los kataribe, una especie de equivalentes a nuestros juglares y trovadores.

Nunca había leído una historia de samuráis y eso fue lo que me atrajo de este título. Sin embargo, esto que me he encontrado no es lo que yo esperaba. Es como si a lo largo de todos los capítulos se contase una y otra vez la misma historia (un noble enamorado, unos monjes guerreros en rebelión, los samuráis defendiendo a su shogun...) con la única variación de los nombres propios y los nombres de castas y facciones. Después de 300 páginas, abrumado por la sensación de repetición y siendo ya incapaz de seguir el continuo fluir de dinastías y nombres propios, he desistido de la lectura (aviso que el libro tiene un índice en el que se describe cada personaje, pero la necesidad de acudir casi permanentemente al mismo fue demasiado para mí).

A pesar de lo dicho, la prosa de la historia es excelente. Así que he decidido retomar el libro de vez en cuando abriéndolo al azar para poder disfrutar de pasajes como este:

En el sonido de la campana del monasterio de Gion resuena la caducidad de todas las cosas. En el color siempre cambiante del arbusto de shara se recuerda la ley terrenal de que toda gloria encuentra su final. Como el sueño de una noche de primavera, así de fugaz es el poder del orgulloso. Como el polvo que dispersa el viento, así los fuertes desaparecen de la faz de tierra.


sábado, 8 de octubre de 2011

Cuentos de marcianos, Fredric Brown




Luna de miel en el infierno y otros relatos
Ciencia ficción completa II
Fredric Brown

Hace ya seis años la editorial Gigamesh (que todavía publicaba libros no relacionados con la saga Canción de hielo y fuego) editó en cuatro volúmenes la ciencia ficción completa de Fredric Brown, que también escribió (y en su momento fue bastante popular por ello) novela negra. Los dos primeros recogen todos sus cuentos y el tercero y el cuarto sus novelas.

De Fredric Brown solo había leído la novela Universo de locos, que me pareció en su momento bastante tonta y en la que encontré bastantes pasajes cuyo sentido no entendí. La edición de Gigamesh levantó mucha expectación en los foros dedicados al género, tanta que me decidí a comprar los libros y darle otra oportunidad al autor. Recuerdo que lo primero que ataqué fue la novela que ya conocía y ahora sí encajó todo. Contrasté la edición de Gigamesh con la que yo había leído hacía años (Edhasa) y quedó claro por qué en su día la novela me resultó incomprensible: lo de Edhasa no puede ni calificarse como traducción.

En cualquier caso, es el segundo libro de los dos dedicados a los relatos el que acabo de terminar. Me ha parecido mejor que el primero, que tenía buenos cuentos pero en menor cantidad que este. Lo de esta recopilación es una locura: relatos largos, cortos (de media página de extensión algunos de ellos), ácidos, tiernos, humorados, trágicos... con el alcohol presente en la mayoría (Brown tuvo problemas con la bebida) unas veces para justificar un suceso, otras como contrapunto cómico, otras solo para ambientar... El libro está lleno de ingenio, de imaginación, de sarcasmo, de extravagancias... se termina con la sensación de que el marciano es en realidad el que ideó esas historias: burros que son tomados como representantes de la vida inteligente en el planeta Tierra, hombres que se encierran en un búnker, tortugas alienígenas con poderes telepáticos, malos estudiantes de geometría que se las ven con demonios por no distinguir un pentágono de un hexágono, extraños viajes en el tiempo, artilugios que permiten ocupar el cuerpo de la persona que se tiene delante, alienígenas ludópatas, una lista de grandes descubrimientos perdidos (la invisibilidad, la invulnerabilidad y la inmortalidad), y un larguísimo etcétera hasta completar más de un centenar largo de cuentos.

No me he aburrido ni pizca leyéndolos.

jueves, 6 de octubre de 2011

Hambre, Knut Hamsun



Hambre
Knut Hamsun

Estreno los comentarios con el último libro leído. Se trata de una novela de un autor noruego completamente desconocido para mí que recibió el Premio Nobel de literatura en 1920 y que escribió esta novela en 1888. Esa combinación de fechas y nacionalidad (un autor del XIX en una literatura que no era importante en la época) y el hecho del Nobel me hicieron algo reacio a emprender la lectura (en una época decidí leer las principales novelas de los galardonados con el famoso premio y en el tercer autor desistí por aburrimiento y desafección absoluta a los estilos y temas tratados por ellos).


Sin embargo, la lectura de Desgracia (Coetzee) me impactó enormemente y en la búsqueda a través de la red de impresiones y comentarios sobre la novela del autor sudafricano me topé con varias referencias al bueno de Hamsun. Y finalmente decidí leer esta Hambre, que al parecer es una de sus obras más características. En una edición, por cierto, vintage: Plaza&Janés con encuadernación color burdeos, tapa dura y letras doradas realmente bonita.

La lectura me ha dejado sentimientos encontrados. El protagonista es un hombre que ya desde el primer párrafo nos advierte de su mala situación. Sin empleo, sin dinero, pronto se ve obligado a vivir en al calle, al día, alimentándose ocasionalmente e incluso no pudiendo comer durante días. El libro es duro y Hamsun no tuvo piedad con su protagonista (al final de la primera parte hay una línea que colorea la existencia de este hombre... pero la primera línea de la segunda parte vuelve a dejarlo en la misma penosa situación en la que se encontraba al comienzo del libro). A lo largo de este proceso de desnutrición y de alienación se va convirtiendo en un paria; en muchas ocasiones se comporta como un desequilibrado, en otras como un ser noble y generoso... No hay ninguna pauta aparente que nos permita prever cómo actuará nuestro protagonista. Ese es el aspecto que más me ha gustado del libro, junto a la originalidad del planteamiento y lo arriesgado de la propuesta (más de 200 páginas de interiorización del hambre y sus consecuencias).

En el debe pondría un rasgo del protagonista: mantiene durante todas sus peripecias un para mí extraño sentido del honor, que me parece muy poco realista dada su situación y que contrasta con la construcción fuertemente realista del resto de aspectos del personaje y del escenario en el que se desarrolla la historia (la ciudad de Cristianía, la actual Oslo). La traducción me ha parecido algo sospechosa, con algunos giros y arcaísmos que sospecho son más para dar sabor decimonónico a la lectura que una plasmación veraz de la prosa de Hamsun (de todas formas yo no sé noruego, así que esto no deja de ser una conjetura).

En cualquier caso, ha merecido la pena leerlo. Un nuevo autor sorprendentemente moderno.




Los motivos de este blog


Los motivos

Llevo bastante tiempo dándome cuenta de que la lectura me aprovecha poco. Termino mis lecturas y, más allá del placer asociado a leer, al cabo de pocas semanas ya me resulta difícil recordar cuáles han sido los últimos libros leídos, qué argumento tenían o, incluso, he llegado a recordar argumentos y relatos... sin ser capaz luego de ubicarlos en el libro correcto.

Para remediar esta situación pensé en hacer pequeños resúmenes y anotaciones y guardarlas en el libro al que se referían. Pero ¿cómo encontrarlas luego y acceder a ellas de forma ágil? Mi siguiente idea fue organizar esos comentarios mediante un documento informático pero volvía a surgir el problema del acceso a la información.

Finalmente me ha parecido que el modo más práctico de conseguir lo que busco es este blog: toda la información bien archivada, un buen buscador para encontrar referencias... ¡y además se pueden poner fotos! :-)