viernes, 28 de septiembre de 2012

La torre de cristal

La torre de cristal
Robert Silverberg

El hilo conductor de esta novela es la construcción, bajo el auspicio del magnate Simeon Krug, de una torre para enviar al espacio una señal codificada como respuesta a un mensaje supuestamente alienígena recibido en la Tierra. La construcción de la torre, como casi toda la actividad productiva del planeta, está a cargo de androides, inventados por Krug en su juventud y cuya fabricación es el origen de su riqueza y poder.

La fabricación de la torre es la excusa para plantear los conflictos de la numerosa población androide con los humanos y los que surgen entre los propios androides debido al la diferencia de enfoques al respecto. En este sentido lo más llamativo de la novela es la existencia de una religión androide mantenida en completo secreto, en la que los "Nacidos de la Cuba" vierten sus esperanzas de igualdad y humanidad.

Es una novela algo dispersa, que va saltando de la torre a la religión, de la religión a las personalidades protagonistas, de esos personajes a detalles de la historia de la invención de los androides, etc. Los mejores pasajes son los breves interludios, bellos y líricos, que describen el crecimiento de la torre. El resto es entretenido sin más y el final resulta precipitado. Un Silverberg eficaz aunque discreto.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Tormenta (serie Harry Dresden)


Tormenta
Jim Butcher

En 2009 comenzó La Factoría de Ideas a publicar esta serie de historias del norteamericano Jim Butcher todas ellas protagonizadas por el mago afincado en Chicago Harry Dresden, soltero a su pesar, enemistado con cualquier tipo de artefacto electrónico, con un sentido del humor ácido y desenfadado y colaborador sotto voce de la policía en cualquier crimen relacionado con asuntos mágicos. Este año han publicado la novena entrega así que la serie debe de funcionar bastante bien.

A mí me llamó la atención el protagonista y decidí probar. Una vez leída esta primera novela, que sirve de presentación al personaje y sus circunstancias, la sensación es que se trata de una serie destinada a un público más juvenil. La historia es entretenida y nuestro amigo Harry Dresden cae bien pero ni la prosa ni el argumento son lo que busco.

En cualquier caso, como libro para un público más joven, es mucho más digno que otras creaciones de más copete.

domingo, 16 de septiembre de 2012

El cementerio de barcos


El cementerio de barcos
Paolo Bacigalupi

Nueva novela de Paolo Bacigalupi, que deslumbró con su chica mecánica. Otra vez un escenario crepuscular, en esta ocasión el sur de Estados Unidos, anegado tras el deshielo de los polos, en el que trata de sobrevivir una humanidad desarrapada que subsiste desguazando los ya inservibles barcos que se propulsaban mediante petróleo.

Sin embargo, esta vez Bacigalupi pincha en hueso. Quizá acuciado por el éxito anterior, quizá simplemente porque no siempre se acierta, ha escrito una novela demasiado simple, sin la riqueza de situaciones y personajes que engalanaban a su chica mecánica. Persiste, eso sí, su enorme habilidad (en eso me recuerda al británico China Miéville) para trasladarnos a un escenario concreto con tan solo unas pinceladas; Bacigalupi no necesita largos prolegómenos ni prolijas descripciones para ambientar sus relatos y trasladarnos al entorno en que se desenvuelve la narración. Pero esta vez no basta con esa virtud para dar sentido al libro.

En resumen una historia muy convencional, narrada de un modo esquemático, que resulta entretenida pero que decepciona si se tiene como referente de este autor su predecesora “La chica mecánica”.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Warlock


Warlock
Oakley Hall

Goodpasture regenta una tienda en el malhadado pueblo de Warlock, nacido alrededor de la explotación minera de la plata. Lleva un diario en el que recoge sus impresiones de los acontecimientos sucedidos allí desde que Canning, el último y mejor ayudante del sheriff, se ve expulsado del pueblo por el cabecilla de los cuatreros del la región, Abe McQuown.

La violencia creciente y el abando del que se sienten víctimas por parte el sheriff del condado, que considera a Warlock fuera de su jurisdicción, impele al Comité de Ciudadanos a contratar al famoso pistolero Clay Blaisedell para que ocupe el cargo de comisario de la ciudad.

Un pistolero turbio que es comisario, un líder de cuatreros cruel pero con moral, un juez borracho y cínico pero deseoso de que impere la ley, dos personajes femeninos imponentes, hombres aparentemente insignificantes que albergan grandeza cuando la ocasión lo requiere, delincuentes que reclaman venganza cuando la justicia no les ampara y que provocan respuestas como esta:

Todo el mundo se pondrá en contra vuestra, Ike – le advirtió el juez -. Es una batalla que los necios, estúpidos, ignorantes, confundidos e intransigentes como vosotros han librado más de un millón de veces sin ganar una sola, y yo perdí esta pierna al combatiros en una ocasión. Porque los tiempos cambian, y cambiarán, y están cambiando, Ike. Si se deja que los cambios sigan su curso, la mudanza será fácil. Pero si te opones a ellos como hasta ahora, el cambio no será tan hacedero y te reducirá a polvo, porque pasará por encima de ti como una piedra de molino.

Las andanzas de Blaisedell, la cambiante marea de la opinión pública, las reivindicaciones de los mineros, la dificultad de establecer el límite de la autoridad y su legitimidad van alterando las posiciones de los diferentes colectivos y personalidades para desembocar en un final catártico. Pero hay que saber cuándo permanecer al margen porque, como dice el juez Holloway:

Sí, aprende de las experiencias de la vida. Y cuando lo hayas aprendido todo, verás cómo torturan a tu mujer y a tus hijos con atizadores al rojo vivo, y te reirás al verlo. Porque para entonces sabrás que las personas no importan nada. Los hombres son como el maíz. El sol los quema, la lluvia los empapa, el invierno los congela y la Caballería los pisotea, pero a pesar de todo continúan creciendo. Y nada de eso importa mientras haya whisky.

Bestial.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Nacidos de la Bruma


Nacidos de la Bruma
Brandon Sanderson
I. El Imperio Final
II. El Pozo de la Ascensión
III. El Héroe de las Eras

Una nueva trilogía (¡qué raro!) de género fantástico. Como el autor tenía buen cartel y en general las valoraciones de los aficionados eran positivas, me embarqué en su lectura (también influyó que me regalaran el primer libro).

Ya es casi una norma en la fantasía contemporánea que la magia esté regida por reglas, que casi se comporte como una ley física. Sanderson procede canónicamente y determina con precisión el origen de los poderes mágicos, sistematizando también sus propiedades, usos y limitaciones. Esta vez el uso de la magia está vinculado a la capacidad de algunos individuos para manipular metales de uno o varios tipos, bien quemándolos en su interior, bien almacenándolos en recipientes físicos, para después hacer uso de ellos. El uso de esas reservas de metal permite aumentar la fuerza, agudizar los sentidos, almacenar recuerdos, etc.

En “El Imperio Final”, primero de los tres libros, se describe someramente la historia de dicho imperio y el malestar social generado por él. Cada capítulo está precedido por una entradilla que recoge fragmentos del diario de uno de los personajes principales del relato; ese diario nos permite vislumbrar el hecho que condujo a la existencia del Imperio. En esta primera novela asistimos a la lucha entre el imperio y su descontenta masa social y en cierto modo es como si la historia empezase al revés, porque al finalizar el libro descubrimos que lo que parecía una situación consolidada no lo es, y el diario cobra al final una enorme importancia.

En el segundo libro (“El Pozo de la Ascensión”) se retoma la historia un año después de los acontecimientos descritos en el volumen anterior. Sanderson cae en esa práctica habitual y desacertada de volver a perfilar algunos personajes y hechos que son perfectamente conocidos para quien haya leído la primera novela y que imagino no aportarán demasiado a quien no lo haya hecho. Se repiten las entradillas al comienzo de cada capítulo para terminar formando parte del argumento. Esta segunda parte, en contra de lo que suele ser habitual, no se limita a ser una transición hacia la resolución de la historia y vuelve a aportar giros argumentales y una peripecia completa muy entretenida.

El Héroe de las Eras” también deja transcurrir un año respecto a su predecesor. Vuelven las entradillas antes de cada capítulo para aportar una nueva perspectiva a todo lo narrado hasta este momento. En este tercer volumen la mayoría de los capítulos son mucho más cortos, para así prestar atención a todos los focos de acción que se han ido creando, por lo que la lectura es muy ágil. Me ha parecido curiosa, porque quizá es infrecuente la aparición de estos guiños tan directos en un libro de fantasía, la parte de la historia que describe contra un sistema político que recuerda inmediatamente al stalinismo. Independientemente de esta anécdota, el tono es similar al de las dos novelas precedentes; es decir, entretenida pero con información redundante (Sanderson emplea muchas páginas para repetir hechos ya conocidos). Este tercer volumen hace de broche y cierra completamente la historia que comenzó en “El Imperio Final”, si bien la conclusión me ha parecido un tanto pastiche: es un final cumplidor aunque no del todo satisfactorio.

En resumen, no es una novela aquilatada como el Geralt de Sapkowski ni consigue ser la epopeya de Malaz. Tampoco posee el turbio atractivo de Abercrombie, pero está escrita con oficio y es enormemente entretenida. Aunque el fuerte de Sanderson desde luego no son ni las introspecciones ni los perfiles psicológicos, que están trazados de modo muy evidente, sin encanto ni misterio, no cansa nunca y es una lectura amena. Bien por Sanderson.