lunes, 31 de diciembre de 2012

Cismatrix


Cismatrix
Bruce Sterling

La humanidad ha abandonado la Tierra y su diáspora la ha esparcido por el Sistema Solar, que habita construyendo pequeños mundos artificiales; la Cismatrix. Dos facciones se disputan el poder en ella: los formistas, expertos en manipulación genética, y los mecs, que hacen de sus cuerpos una mezcla de biología y robótica.

En ese marco arranca la novela, con la rivalidad personal de dos mentes brillantes. La peripecia de ese encono es el hilo narrativo principal, durante el cual se nos describen indirectamente las sucesivas transformaciones por las que van transitando los hombres. En un momento determinado Sterling resuelve la lucha en favor de uno de los contrincantes y a partir de ahí la narración entra en una fase supuestamente trascendente, una especie de reflexión sobre la vida, el destino y el porqué de las cosas.

Los dos primeros tercios del libro son realmente brillantes, muy bien escritos, con grandes ideas y un enorme atractivo paisajístico. Después, como suele suceder en la ciencia-ficción cuando se pretende trascender el género solo porque sí, la novela pierde brío e interés y hace que lo narrado hasta ese punto dé la impresión de haber sido un simple decorado, una mera excusa para que el autor epate con su teoría del cambio.

En cualquier caso es una gran lectura y con esa espectacular portada de Alejandro Terán... ¿quién puede resistirse?

martes, 18 de diciembre de 2012

Leyes de mercado

Leyes de mercado
Richard Morgan

De nuevo Morgan hace uso de su potente drive y, en esta ocasión sin sutilezas en la prosa, acompaña la historia con raciones abundantes de sexo y violencia, tanto explícitas como implícitas. Conviene saberlo antes de ponerse a leer porque algunas escenas (las violentas en particular) son francamente crudas.

El mundo descrito por Morgan está habitado por una humanidad que sobrevive frente a un exclusivo grupo que disfruta de los recursos existentes sin ambages ni restricciones, si bien el acceso a esa élite exige también el uso de la violencia. Los gobiernos de todo el mundo han claudicado ante un capitalismo feroz y las decisiones estratégicas vinculadas a la guerra, la economía y las personas las toman multinacionales en función de los beneficios que puedan obtener.

Un libro tan despiadado como el mundo que describe. ¿Ciencia ficción?

jueves, 13 de diciembre de 2012

Mareas de medianoche


Mareas de medianoche (Malaz V)
Steven Erikson

La Factoría de Ideas acude puntualmente a su cita y nos trae la quinta entrega de la serie Malaz. El enfoque de la historia es el mismo al que nos tiene acostumbrado Erikson: argumentos entrelazados, hechos expuestos en crudo sin introducción previa y numerosas incógnitas que no se despejan. Sin embargo, este quinto libro parece un punto de inflexión en la serie; no hay Abrasapuentes ni Anomander Rake ni (aparentemente) sendas mágicas, no visitamos las ciudades y continentes conocidos y desaparecen prácticamente todos los personajes y razas que habían llevado el peso de la historia hasta el momento.

En esta ocasión la novela tiene únicamente dos líneas argumentales. En una se describe la situación de los tiste edur tras la unificación de todas sus tribus y en la otra la sociedad letheri; el clímax se producirá con la confluencia de ambas ramas. Todo esto sucede en un tiempo anterior a lo descrito en el resto de novelas y en un continente distinto (al menos es la conclusión a la que he llegado yo... ¡con Erikson nunca se sabe!).

La parte tiste edur es la que menos me ha convencido: hierática, demasiado homogénea (los personajes responden a diferentes motivaciones pero se comportan del mismo modo), extrañamente primitiva si la comparamos con su homóloga letheri y con diálogos poco frescos, impostados y no demasiado creíbles; a pesar de lo cual funciona y contiene momentos muy excitantes. Por contra, la parte dedicada a los letheri trabaja como un mecanismo de relojería suizo, con una gran variedad de personajes, situaciones muy cambiantes y la pareja estelar formada por Tehol Beddict y su criado Bicho, que ahora mismo son los personajes más cómicos y agudos que recuerdo en un libro de fantasía. El clímax de la novela no decepcionará a nadie.

Sin desvelar nada, me intriga muchísimo la aparición de una compañía de la Guardia Carmesí aparentemente antes de tiempo (¿para establecer vínculos con el resto de la saga? ¿No bastaba para eso con el Dios Tullido?) y de cierto tiste andii que hasta ahora era un desconocido para los lectores a pesar de su enorme importancia en la historia de su pueblo. ¿Formarán parte todos ellos de novelas posteriores? ¿Cómo encajarán estos nuevos episodios en el puzle que ya conocíamos? ¿Qué pasa con el Dios Tullido, un personaje secundario hasta ahora que en esta novela maneja parte de los hilos?

Preguntas y más preguntas, pero también grandeza, frenesí y diálogos hilarantes entre los letherii. Malaz. Una vez más.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Por qué leer los clásicos


Por qué leer los clásicos
Italo Calvino

Una vez más me encuentro con un libro que al final tiene poco que ver con lo que yo esperaba antes de leerlo. Este volumen reúne dos colecciones de ensayos, que el propio Calvino recopiló en vida, sobre libros y autores variopintos que la hija del autor describe en una nota preliminar como “los libros de los escritores y poetas, los hombres de ciencia que más contaron para él, en diversos periodos de su vida”. Como en cualquier recopilación lo primero que destaca es lo que no está (Cervantes, Quevedo, el boom latinoamericano – salvo Borges -, Joyce, Kafka, Faulkner, etc.) y lo segundo, entre lo que sí está, lo que se ha elegido para representarlo.

En general los ensayos son poco divulgativos. Se centran en aspectos muy concretos o muy técnicos de cada obra y en exégesis, bien ideadas por Calvino, bien por otros autores, de las mismas. Me quedo con los dedicados a la “Anábasis” (muy cinematográfico), al “Robinson Crusoe” (afilado e irónico), a Hemingway (escrito el año en que recibió el Nobel desde el punto de vista de un escritor que aprendió a escribir leyendo al norteamericano) y a Borges (desconocido en Italia hasta los años cincuenta).

Pero lo realmente extraordinario del libro es el prólogo, del propio Calvino: “Por qué leer los clásicos”, en el que propone catorce definiciones diferentes llenas de ingenio e ironía para establecer qué significa la etiqueta clásico aplicada a una obra literaria.

Héroes de nuestro tiempo


Héroes de nuestro tiempo
Santiago Segurola


Este libro recoge una selección de colaboraciones de Santiago Segurola aparecidas en los últimos veinticinco años en “Marca” y “El País”, los dos medios en los que el periodista ha desarrollado el grueso de su producción escrita. Algunas de ellas van precedidas por una introducción, escrita para esta edición por el propio Segurola, en la que bosqueja el origen del artículo en cuestión o las circunstancias de la actualidad en la que fue redactado. En general los publicados en “El País” son los de mejor factura y los escritos a partir de finales de los noventa los que suelen contener reflexiones de más calado.

Los artículos tocan múltiples deportes y han sido organizados con criterios temáticos, transversales a las disciplinas deportivas (por ejemplo, rivalidades históricas del atletismo y el fútbol se tratan en el bloque “La gran rivalidad”). También hay un apartado con varias entrevistas, entre las que destacan las de di Stefano, Fabio Capello y Vanderlei Luxemburgo.

Son centenares de artículos por lo que el resultado es heterogéneo, pero siempre se observa una gran atención a los aspectos técnicos de la disciplina comentada y un claro intento de escribir con clase, huyendo de los manierismos del género deportivo. Como conclusión general, los artículos dedicados al atletismo son los más emotivos, mientras que los dedicados al fútbol resultan más analíticos. En bloque, impresionan el volumen, el calado y la calidad de Segurola como articulista. Sin duda un periodista sustantivo, de una escuela que poco a poco va desapareciendo, engullida por el sensacionalismo y los titulares “twitteros” de consumo rápido y fácil.