sábado, 22 de junio de 2013

La espada rota

La espada rota
Paul Anderson

El tuerto Wotan, Odín, Thor, ¿Nothung?, ¿Siegmund y Sieglinde?, elfos, trolls, los dioses de la naturaleza, los pobladores míticos del mundo sajón y vikingo. Esos son los personajes de esta novela en la que se narra la saga del humano Skafloc, cambiado por un rey elfo por el hijo de una troll, sellando así el destino de ambos así como de los elfos y los trolls.

Como en esta edición no se ha añadido ningún glosario, para los que no somos conocedores de las Eddas no queda claro qué es exposición del mito y qué elaboración del autor. Aparte de esa pega, que puede no tener mucha importancia, la novela es muy entretenida y Anderson trata de emular el lenguaje simple y directo de muchas de las narraciones tradicionales de los mitos. Un buen libro.

viernes, 21 de junio de 2013

El canon occidental


El canon occidental
Harold Bloom

Por fin el canon. Hay libros que se desea leer y, por motivos desconocidos, terminan esperando años a ser abiertos. Probablemente esta es la obra de crítica literaria más leída de todos los tiempos. Desde su publicación corrió como la pólvora y cuando en ediciones posteriores el autor, presionado por sus editores y por el público, accedió a incorporar la lista de obras que configurarían su canon personal, volvieron a correr ríos de tinta.

La pregunta que intenta responder Bloom es la que, tarde o temprano, nos acucia a todos los aficionados a la literatura: ¿qué leer? Para contestarse a sí mismo elabora, siguiendo ante todo criterios estéticos, una lista de autores que agrupa elegantemente en diferentes bloques y que constituyen lo que él considera el canon de la literatura occidental. En cada capítulo vitupera y fustiga cualquier acercamiento crítico a la literatura que sea ajeno al criterios estéticos.

En realidad el libro se articula en torno a Shakespeare, autor que Bloom considera el centro del canon. Todos los demás escritores son presentados como deudores o anticipos suyos con la única posible excepción de Cervantes, que aparece como algo aislado y único. Me he saltado lo escritores que no he leído o con los que no he conectado hasta ahora (Dante, Molière, Wordsword, Auden, Goethe...) porque sin la lectura de las fuentes los comentarios de Boom pierden peso, ya que permanentemente se refiere a pasajes de las obras que utiliza para argumentar.

Mi sensación final es que Bloom me ha dejado a medias. Naturalmente, no esperaba que respondiese a la pregunta inicial de qué leer (a fin de cuentas eso es imposible), pero el libro tiene demasiados meandros para mi gusto; avanza y retrocede según las preferencias del autor sin que yo haya percibido una línea argumental clara. Además Bloom rechaza en varias ocasiones teorías de otros críticos porque según él no hay datos que las sustenten... pero no duda en elaborar las suyas propias sin decirnos con qué las sustenta.

En cualquier caso el libro rebosa erudición y la lista final de novelas canónicas es una cura de humildad en cuanto a obras y autores no leídos e, incluso, no conocidos.

domingo, 16 de junio de 2013

El invencible

El invencible
Stanislav Lem

Un clásico escrito por un clásico. Es una obra más convencional de lo que suele ser habitual en Lem pero aún así, tanto en el final como en la aproximación a una hipotética forma de vida diferente a lo conocido, mantiene la originalidad propia del autor soviético.

También, y es marca de la casa, la información de que dispone el lector va siendo dosificada minuciosamente. Al comienzo vivimos en la ignorancia, después un pequeño detalle nos sitúa en mejor posición que a los protagonistas y finalmente conocemos las mismas cosas que ellos y vamos de la mano de Lem hasta el final de historia.


Una novela muy entretenida y muy bien estructurada.

martes, 11 de junio de 2013

Aspectos de Wagner

Aspectos de Wagner
Bryan Magee

Año Wagner. Doscientos años de su nacimiento. Quería celebrarlo leyendo algo sobre él que fuera valioso pero que no tuviera dimensiones wagnerianas, así que esta novedad de Acantilado me ha venido al pelo.

El libro de Magee se editó en inglés en 1968 y se reeditó, revisado en sus cinco capítulos originales y ampliado con un sexto, en 1988; por lo tanto no cabía esperar ni grandes revelaciones ni novedosos puntos de vista. Y así ha sido. En realidad este breve ensayo trata los cinco puntos calientes en torno al compositor (su concepción de la ópera, su posición frente al judaísmo, el culto hacia su figura, su influencia y cómo se aborda la interpretación de su música) y en el sexto capítulo nos recuerda que el motivo principal, frecuentemente olvidado en las polémicas, por el que se sigue hablando de Wagner es su música incomparable.

El tono del libro es siempre racional, dejando de lado juicios a priori y leyendas urbanas y situando siempre al hombre en su época, para evitar comparaciones espurias que conducen a conclusiones equivocadas. Muy interesante el capítulo sobre la interpretación de su música, aunque el que más me ha gustado ha sido el primero, que comienza hablando de la tragedia griega como la suma de todas las artes y de la desintegración de la misma en música, poesía y teatro hasta la aparición de Don Ricardo y su reinvención del género. Me quedo con el fragmento en el que describe la desaparición de la tragedia:


En todo caso, su contenido disponible [el de la tragedia griega] se desvaneció cuando el humanismo griego quedó desbancado por el cristianismo, una religión que dividió al hombre contra sí mismo, enseñándole a observar su cuerpo con vergüenza, sus emociones con suspicacia, la sensualidad con miedo, el amor sexual con sentimientos de culpa.”

viernes, 7 de junio de 2013

El fuego elemental


El fuego elemental
Martha Wells

Un libro más de Fantasía. Dicho de un modo no peyorativo: es entretenido y la autora trató en su primera novela de distinguirse de las “dragonadas” y hierbas similares. Hay magia y duelos de espada pero la novela se cimenta en las intrigas políticas y el enfrentamiento sentimental entre los personajes.

Tiene bastantes altibajos, con pasajes muy poco interesantes, y ninguna aspiración en cuanto a estilo, pero en conjunto hace pasar el rato. No es de los mejores títulos de Bibliópolis.