miércoles, 23 de octubre de 2013

Ángeles asesinos

Ángeles asesinos
Michael Shaara

Animado por la grata lectura de “El águila en la nieve”, también publicada por Alamut, y por el premio Pulitzer que recibieron estos “Ángeles asesinos” en 1975, me he lanzado a otra lectura de novela histórica.

Ha merecido la pena. La novela relata la batalla de Gettysburg desde el punto de vista de algunos de sus protagonistas. Un breve prólogo y un epílogo sitúan la narración en su contexto histórico. Buen pulso, prosa cuidada, precisión en los datos y una exposición clara de los hechos hacen que toda la acción se siga con facilidad (contrariamente a lo que suele suceder con las descripciones de batallas).

La figura de Lee, los generales de la Unión, las controversias en el mando, las condiciones de vida de los soldados, los remordimientos, las dudas, las casualidades, el horror. Shaara no nos ahorra nada. Me ha llamado especialmente la atención la figura de Joshua Chamberlain, decisivo en el devenir de la batalla del lado de la Unión, que antes de alistarse había sido profesor de instituto, terminó la guerra como general y después fue gobernador, terminando su vida laboral como presidente del Bowdoin College, en el que introdujo importantes reformas curriculares y pedagógicas.

Curiosamente el libro, tras ganar el Pulitzer, pasó a mejor vida hasta que se utilizó como base para el guión de la película “Gettysburg”.

domingo, 13 de octubre de 2013

El giro

El giro
Stephen Greenblatt

How the world became modern” es el subtítulo original de este libro que trata de recrear la búsqueda del manuscrito del poema de Lucrecio “De rerum natura” (“Sobre la naturaleza de las cosas”) y la influencia de ese texto en la concepción del mundo tal y como lo conocemos hoy.

Los primeros siete capítulos son apasionantes. El mundo de los libros antes de la era de la imprenta, los materiales y métodos que se empleaban para copiarlos y preservarlos, la política vaticana, los intelectuales de la época y, en el epicentro de todo, la carrera llena de altibajos del buscador de libros (aparte de otras muchas cosas) Poggio Bracciolini y su hallazgo del poema de Lucrecio. El octavo capítulo resume las ideas contenidas en el poema y los siguientes su difusión libresca gracias a la imprenta y su influencia en la vida intelectual del mundo moderno.

La primera parte del libro es la más absorbente; muy original, narrada con vitalidad, con una tensión más propia de la novela de aventuras que del ensayo. En la segunda parte, también interesante, se pierde ritmo y el libro adopta un aire más convencional aunque el contenido sigue siendo enriquecedor. Rechina un poco la posición en la que Greenblatt coloca el poema de Lucrecio, otorgándole una influencia aplastante sobre la filosofía y la ciencia del Renacimiento y el Barroco, casi como si hubiera sido el conocimiento del texto lo que hubiese permitido ciertas líneas de pensamiento. No tengo conocimientos suficientes para rebatir esa decisión pero parece un tanto extrema, aunque el autor es tan honesto separando los hechos de la interpretación que él hace de ellos que no resulta molesta ni provoca la sensación de estar siendo manipulado.

Un libro fuera de lo habitual que demuestra que lo aburrido en la mayoría de las ocasiones no son los temas, sino el modo en que se enfocan y se desarrollan. Además, me ha proporcionado esta excelente idea para un ex libris:

Al que lo robare o tomare prestado y no lo devolviere a su propietario, que este libro se convierta en una serpiente cuando lo tenga en sus manos y lo muerda. Haga que le dé perlesía y todos sus miembros queden mustios. Que se consuma de dolor pidiendo a gritos clemencia y su agonía no cese hasta quedar deshecho. Que los gusanos corroan sus entrañas en nombre del Gusano que nunca muere, y, cuando llegue al castigo final, que las llamas del infierno lo consuman para siempre”

sábado, 12 de octubre de 2013

Indian Country

Indian Country
Dorothy M. Johnson

Con este libro de relatos inició Valdemar su colección “Frontera”, dedicada a la literatura del western. Parece que Dorothy M. Johnson es uno de los mayores exponentes del género, si bien en España no la hemos conocido debido a que el tratamiento editorial del western ha sido prácticamente inexistente y siempre en muy malas condiciones de traducción. El libro reúne once relatos publicados originalmente en 1953 que, junto a dos novelas y una segunda colección de cuentos, son toda la producción de la autora dedicada a este género.

Los once relatos están escritos en el mismo estilo sobrio, empleando el mínimo número posible de palabras, casi como si el lenguaje se asimilara al paisaje en el que transcurre la narración. La mayoría de ellos adopta un tono crepuscular ante la desaparición de una forma de vida y un entorno quizá mitificados y ante la dureza de la existencia en esas condiciones.

Los que me han parecido más emocionantes son “El hombre que mató a Liberty Valance” y “Un hombre llamado caballo”, de los que salieron las respectivas películas. En el caso del primero la historia es la misma en ambos medios pero el enfoque de John Ford es quizá más luminoso que el de la escritora, que plantea unos personajes más amargos. En el caso del blanco convertido en indio, el relato (que ocupa veinte páginas escasas) es muy superior a la película, tiene muchísima intensidad y mantiene la línea ambigua de casi todos los personajes que aparecen en estos cuentos.

Muy buena lectura.

domingo, 6 de octubre de 2013

Anatema

Anatema
Neal Stephenson

Con Stephenson las he tenido tiesas. Desde la fascinación que me causó su “Criptonomicón” hasta el plúmbeo “Ciclo barroco”, del que no llegué a terminar ni el primer libro. En “Anatema” encontramos el mismo estilo que en la mayoría de las novelas de Neal Stephenson: ideas desbordadas y una auténtica obsesión por detallar el funcionamiento de todo lo que se describe. Esto a veces puede ser irritante y, además, no siempre sucede que explicando más se muestren más cosas.

El comienzo de la novela – el propio autor lo advierte en el prólogo – resulta desconcertante, plagado de expresiones inventadas, que sospechamos se refieren a cosas conocidas (todo se aclara según progresan las páginas), y ambientado en un peculiar mundo conventual aparentemente autárquico que poco a poco, conforme progresa el argumento, se va ampliando. La historia es un crescendo permanente que solo se ve interrumpido por las acotaciones del autor acerca de asuntos peculiares o costumbristas que desea aclarar sobre su particular mundo, y va dilatándose en espiral hasta alcanza un clímax espectacular e inesperado.

En realidad es como si el argumento se hubiese diseñado para envolver las inquietudes científicas y filosóficas del autor (que son muchas y variadas), por lo que el resultado de la novela es heterogéneo: moroso a veces, prolijo otras, original casi siempre y, bajo mi punto de vista, fascinante.

jueves, 3 de octubre de 2013

La felicidad de los pececillos

La felicidad de los pececillos
Simon Leys

Uno para desengrasar. Una colección de artículos publicados en diversas revistas australianas por el sinólogo belga Simon Leys. 

Dicho así suena a macedonia de frutas pero el libro resulta entretenidísimo. Los artículos tratan temas diversos, están escritos con elegancia y sentido del humor e interesan incluso cuando tratan cuestiones ajenas a los intereses habituales del lector.

Una pequeña joya.