Historia
mínima de la literatura española
José-Carlos
Mainer
“La
palabras «historia de la
literatura» concitan de
inmediato la imagen poco apetitosa de una asignatura escolar. Y más
todavía cuando las acompaña un gentilicio que nos remite a un
modelo de aleccionamiento que, desde hace dos siglos por lo menos,
han venido soportando muchos estudiantes, a los que se persuadía de
que en una lista de autores semiolvidados y en la mención de textos
más o menos remotos anidaban los fundamentos de su existencia
colectiva.
Para
sentir lo que la literatura tiene de experiencia personal de la vida,
muchos futuros lectores han tenido que olvidarse de lo que sus
primeros libros tuvieron de obligatorio.”
Toda
una declaración de intenciones en las primeras líneas de este breve
libro, que es una especie de síntesis (al menos en cuanto a enfoque
y estilo) de la monumental historia de la literatura española que el
propio Mainer ha dirigido (y coescrito) para Crítica.
El
repaso es necesariamente fugaz (son solo doscientas páginas para más
de mil años de literatura), pero muy claro y muy preciso. Mainer
escribe con empaque y hasta nos guiña desde cada bloque escogiendo
giros y vocablos que remiten a la época descrita.
También
tiene muy en cuenta Mainer la época sobre la que está escribiendo,
de manera que los sucesos políticos y sociales le sirven para
explicar el tinte de la literatura de cada momento. Por ejemplo, en
el capítulo dedicado al humanismo (1500-1580):
“Sería,
empero, exagerado ver todo de color de rosa en las dos Castillas y en
su apéndice andaluz. La cultura era, a menudo, superficial; las
universidades, más que mediocres; la mendicidad, más frecuente que
en otras partes de Europa, y el fanatismo también fue mayor y
sustentado además por un clero inculto y demasiado numeroso.”
O
en el que trata la literatura posterior a 1939:
“La
vida intelectual de la España de 1939 sufrió la muerte, ausencia o
silenciamiento de sus mejores valores y, de añadidura, la dura
represión de cualquier disidencia presente y pasada: la «nueva
España» de Franco execró el legado ilustrado del XVIII, el liberal
del XIX y el progresismo del XX, que resumió en la pintoresca
expresión de «contubernio judaico-masónico-marxista».”
Está
claro que Mainer no pretende ser un gas noble, sin posibilidad de
relación con los hechos que narra. En el aspecto estético sigue el
mismo camino, que es el adecuado porque de lo contrario esto no
habría sido más que otra “historia de la literatura” de las de
siempre, consistente en una mera enumeración de autores, libros y
detalles sintácticos que son solo el envoltorio de lo que realmente
importa.