Amos de títeres
Robert A. Heinlein
Uno
de los patriarcas de la CF. Enormemente provocador, incluso hoy día, sin que
sepamos muy bien si lo fue de forma deliberada o desde convicciones personales
profundas; machista, alérgico a cualquier intrusión del Estado en el libre
albedrío del individuo, aparentemente partidario a la vez de la jerarquía y el
espíritu castrenses y del consumo de drogas. Un hombre de biografía
accidentada, que hizo carrera militar hasta que la enfermedad lo volvió no
apto, que llegó a la literatura de rebote y que siguió en ella hasta el final,
incluso cuando los lectores ya lo habían abandonado.
Como
en casi todas sus novelas el argumento está salpicado de reflexiones hechas
siempre en tono desenfadado y expuestas con brutalidad, como hechos evidentes,
en boca del protagonista, al que siempre tomamos como un trasunto del autor. Y
como en casi todas sus novelas, los hechos pueden ser interpretados en
diferentes niveles de lectura ¿se está limitando a contar una aventura o la
aventura es solo la excusa para exponer un punto de vista sobre la sociedad y
la vida?
Siendo
el autor quien es siempre se tiende a la segunda interpretación pero este “Amos
de títeres” interpretado literalmente es ya una novela estupenda,
fresca, trepidante, con giros argumentales entretenidos y de una apariencia
inocente y vintage bastante
engañosa. Si se prefiere la segunda lectura, la novela tiene mucha mala leche y
puntos de vista que pueden resultar repelentes… pero sigue funcionando
perfectamente como novela.
Así
que, guste o no, está claro que Heinlein fue ante todo un gran autor.