Repertorio de vituperios
musicales
Nicola Slonimsky
«La Segunda sinfonía de
Beethoven es un monstruo de mal gusto, un dragón herido que se retuerce
abominablemente y se niega a expirar, y aunque en el Finale sangra, reparte golpes furiosos a diestra y siniestra con la
cola erecta.»
«Como la mayor parte de la música de este compositor, la Tercera sinfonía de Brahms es
exasperantemente seca, reflexiva y fría. No hemos podido comprender el Finale, y la pieza concluye de un modo
tranquilo y mediocre que se crea un anticlímax tras el escándalo y el ruido
precedentes.»
«El Réquiem de Brahms
no proporciona el verdadero placer que ofrecen los funerales; es tan execrable
y pesadamente aburrido que incluso el funeral más soso que pueda concebirse
parecería un ballet, o al menos una danza macabra, al su lado.» (George Bernard Shaw)
«Los enigmas que nos plantea Bruckner son oscuros. Los fantasmas
tonales están demasiado locos: es como si una manada de lobos celebrara una
reunión la Noche de Walpurgis y aullara salvajemente correteando de un lado
para otro. Si en el futuro resulta placentera una obra musical tan caótica, con
sus sonidos reverberando desde cien colinas, deseamos que el futuro esté muy
lejos de nosotros.»
«El mar es persistentemente
feo. Es prosaico, reitera fórmulas inertes. Debussy no logra evocar en el oyente
una impresión del mar. Más que ninguna otra cosa, lo que se oye son los
graznidos de un corral.» (The New York
Times en el estreno neoyorquino de la obra)
«Nos vimos aquejados por los Preludios,
poema sinfónico del desgraciado de Liszt. Hicieron que me rechinaran los
dientes.» (Diario de George Templeton Strong, 4 de mayo de 1867)
«Mussorgsky es un individuo muy limitado sin ningún deseo de educarse y
con una fe ciega en las teorías disparatadas de su círculo y su propio genio.
Además, tiene un carácter ruin, grosero, tosco y basto. Es justo lo contrario
de su amigo Ciu, que no vuela a gran altura pero siempre hace gala de su
elegancia y sus buenos modales. Mussorgsky, por el contrario, alardea de su
analfabetismo y está orgulloso de su ignorancia. Por lo tanto, hace las cosas
apresuradamente y no se preocupa por los resultados. ¡Un espectáculo
lamentable!» (Tchaikovsky)
«Escuchar un programa dedicado por entero a las obras de Ravel es como
observar a algún enano o pigmeo que hiciera cosas ingeniosas pero muy pequeñas
y con muy escaso alcance. Además, la sangre fría casi reptiliana, que
sospechamos que ha sido cultivada conscientemente, de la mayor parte de la
música del señor Ravel resulta casi repulsiva cuando esta se escucha en grandes
cantidades; incluso sus elementos más bellos son como las marcas de la piel de
las serpientes y los lagartos.» (The Times, 28 de abril de 1924)
«Rimsky-Korsakov comanda la extrema izquierda de la joven escuela rusa.
Por desgracia, ya no tengo en la memoria el contenido de este relato procedente
de Las mil y una noches, por lo que
no puedo decir con certeza lo que recuerda el príncipe Kalender, ni por qué hay
un festival en Bagdad. Como casi todos los oyentes se encontraban en la misma
situación, la expresión de sus rostros indicaba el estado de nerviosismo e
incertidumbre en relación con lo que se estaba interpretando ante ellos.»
(Eduard Hanslick, 1897)
«Debo rechazar completamente las cinco piezas orquestales del año 1909.
Ver a Schoenberg dirigiendo esa música de gatos locos y espoleando a los
intérpretes con una expresión de éxtasis o de desesperación en el rostro es un
espectáculo tragicómico. Estos sonidos conjuran visiones horribles y amenazan
con apariciones monstruosas. ¡No hay en ellos nada de alegría ni de luz, nada
que indique que la vida vale la pena! ¡Qué desgraciados serán nuestros
descendientes si Schoenberg, ese hombre triste y sombrío, llega a ser alguna
vez el modo de expresión de su época! ¿¿¿Acaso esto está destinado a ser el
arte del futuro???» (Hugo Leichtentritt, 7 de febrero de 1912)
«Tras oír Ionización de
Varèse, estoy deseando que escuche mi composición orquestada para dos fogones y
un fregadero. La he titulado Sinfonía del
golpetazo y describe la desintegración de una patata irlandesa bajo la
influencia de un potente pulverizador.» (Postal recibida por Slonimsky tras
dirigir Ionización el 16 de julio de
1933)
«Rigoletto es la obra más
pobre de Verdi. Carece de melodía. Esta ópera tiene escasas posibilidades de
pasar a formar parte del repertorio.» (Gaceta musical de París, 22 de mayo de
1853)
«Evidentemente, Wagner está loco» (Berlioz, en una carta de 5 de marzo
de 1861)
«Entonces vino la introducción a la ópera Lohengrin de Wagner. Escuché su movimiento inicial durante un
ensayo, hace dos semanas, supuse que se trataba de la obertura del Carnaval de Hector Berlioz e inferí que
Hector Berlioz estaba experimentando con un nuevo método mecánico. Fui injusto
con Berlioz. Esta introducción era tan mala como la peor de sus obras y
muchísimo menos entretenida. Wagner escribe como un cerdo borracho, y Berlioz
como un chimpancé levemente entonado.» (George Templeton, 15 de diciembre de
1866)
«Este Wagner no tiene piedad; te clava el clavo en la cabeza lentamente
con grandes golpes de martillo.» (de una conversación entre el público en el
estreno parisino de Tannhäuser, 1867)
Y así durante 300 páginas. Al final hay un índice de vituperados y vituperadores
y otro de vituperios con la lista de vituperados afectados. El recopilador de
los vituperios ha sido, a su vez, vituperado por algún comentarista por no
recoger vituperios vertidos contra compositores amigos suyos. ¡Divertidísimo!