Última ronda
Tim Powers
Tras su deslumbrante y primeriza “Las puertas de Anubis”, Powers ha
continuado una carrera de éxitos y calidad, aunque la sensación que tengo cada
vez que leo una novela suya es que nunca ha vuelto a acercarse a aquellas
puertas.
En esta última ronda, que es de
comienzos de los noventa pero nos llega ahora, las sensaciones iniciales son
tan buenas como en las puertas de Anubis gracias a la acumulación de hechos
claramente extraños e inexplicables, en esta ocasión asociados a las cartas del Tarot y a las partidas de poker profesional en Las Vegas.
La pega es que, conforme avanza
la narración, se va haciendo artificiosa; no llega a ser aburrida ni
previsible, pero lo que en las puertas de Anubis parecía asombroso y lógico (dentro
de la irrealidad que rodeaba a la historia), aquí a veces resulta grotesco (por
ejemplo, el enfrentamiento con las estatuas de los casinos convertidas en fantasmas
de aire que drenan el físico de los protagonistas). A cambio, las partidas de
cartas y las indagaciones sobre las barajas son fascinantes.