La música en el castillo del
cielo
John Elliot Gardiner
Gardiner deja la batuta y agarra
el procesador de textos para embarcarse en un extenso ensayo en el que trata de
aproximarse al Bach músico y hombre, dejando de lado la imagen de fría perfección
que el siglo XIX trazó en torno a su figura.
Los capítulos nueve al doce son
una extensa exploración de sus cantatas de Leipzig, las dos Pasiones y la Misa en
Si Menor, por lo que sin conocer bien esas obras o escucharlas acompañadas por
la lectura, resultan áridos y de poco provecho. Curiosamente, aunque a lo largo
del libro Gardiner insiste en la importancia capital de la obra no religiosa de
Bach para aproximarnos a su figura, no hace ni una sola mención musical
detallada de ese aspecto de su obra.
El libro es inabarcable por la
profundidad de pensamiento y la cantidad de información que contiene. Después
de terminarlo, guardo muy buen recuerdo del primer capítulo, en el que Gardiner
rememora sus experiencias personales relacionadas con la música de Bach; como las
interpretaciones con su familia cuáquera de algunas de las obras religiosas; o
el viaje a Alemania en 1967 para escuchar a Karl Richter en una interpretación
de las cantatas que el músico inglés califica de lúgubre y unas “Variaciones Goldberg” que recuerda
estruendosas.
Muy bueno también el capítulo de “La
quinta del 85”, en el que hace una semblanza de los contemporáneos del Cantor (Haendel,
Rameau, Telemann y Domenico Scarlatti), indagando en las semejanzas y
diferencias musicales y profesionales; o el dedicado a la mesa de trabajo de
Bach, tanto en el sentido literal como en el figurado.
En resumen, un intento de aproximarnos al Bach humano, no conseguido del
todo (algo imposible dado lo poco que se conoce realmente de él) y a su música
sin mistificación. Muy interesante, quien busque un enfoque objetivista se
sentirá escandalizado. A mí me ha gustado leerlo.