El marciano
Andy Weir
La novela tuvo una
andadura penosa, hasta el punto de que Weir la autoeditó y llegó a
ofrecerse al público sin precio fijo de venta. Pero entonces
llegaron Ridley Scott y su espléndida adaptación cinematográfica y
eso me llevó a mí, después de haber visto la película, hasta la
ahora famosa novela.
Desde luego el modo en
que está narrada resulta sorprendente porque el eje de la narración
son los razonamientos técnicos del protagonista para sobrevivir
pero, al contrario de lo que suele ser habitual, esas descripciones
no interrumpen la acción; además el tono es siempre dinámico y
desenfadado, lo que contrasta con la situación dramática de nuestro
héroe.
La pega es que después
de haber visto la película sabes en todo momento lo que viene a
continuación y en este caso eso mata gran parte del interés.
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