martes, 29 de diciembre de 2020

El infinito en un junco

 

El infinito en un junco
Irene Vallejo

 
Unos jinetes al servicio del faraón de Egipto recorren Grecia con las bolsas repletas de oro. Buscan libros. La Gran Biblioteca de Alejandría, famosa en todo el mundo antiguo, pero de la que nadie dejó una descripción (¿cómo eran el edificio, las salas, los depósitos de los libros?), lo engulle todo; el faraón desea que aglutine todos los libros del mundo.

Así comienza el bello ensayo de Irene Vallejo, que va desde los orígenes de la escritura y del libro como objeto hasta el final del Imperio romano, viajando siempre entre el pasado y el presente, anudando nuestra visión con la del pasado mediante ese objeto milenario que es el libro.

En la parte dedicada a Roma pierden presencia los temas históricos y aparecen con más frecuencia las cuestiones de actualidad, por lo que el ensayo pierde algo de brío e interés. En cualquier caso, es muy entretenido, tiene pasajes muy hermosos y acumula enormes cantidades de datos, citas y curiosidades poco conocidas. Como ésta:

¿Qué?
¿Todavía escucháis a Mendelssohn?
¿Todavía recogéis margaritas?
¿Todavía celebráis los cumpleaños de los niños?
¿Todavía ponéis nombres de poetas a las calles?
Y a mí, en los años setenta de dos siglos atrás, me aseguraban que los tiempos de la poesía habían pasado, al igual que el juego de las prendas, o leer las estrellas, o los bailes en casa de los Rostov
¡Y yo, tonto, casi lo creí!
Izet Sarajlc: “Carta al año 2176”

lunes, 14 de diciembre de 2020

Exhalación

 

Exhalación
Ted Chiang

Creo que “La historia de tu vida” (Bibliópolis, 2004) y este “Exhalación” que publica Sexto Piso (y que repite dos relatos que editaron Terra Nova y Sportula: “El ciclo de vida de los elementos de software” y “La verdad de los hechos, la verdad del sentimiento”, que en la traducción anterior era la verdad del corazón) reúnen todo lo escrito por este neoyorquino de origen chino. Menos de veinte cuentos en treinta años de actividad.

La prosa de Chiang es bastante normal; es raro encontrar en ella destellos, hallazgos sugerentes y desde luego no se la puede asociar a eso que solemos etiquetar como estilo en literatura. Los esfuerzos de nuestro autor se vuelcan en el contenido de cada historia que cuenta, en exprimir al máximo posible el tema de cada relato, tratando de agotar sus posibilidades. No extraña que necesite tanto tiempo para cada pieza terminada: se pueden releer muchas veces y siempre mueven a la reflexión.

Y así conocemos al alquimista que fabrica un maravilloso portal al pasado y al futuro, que atraviesan diferentes personajes, anudando un hilo en el que al final pasado y futuro se acoplan y resultan inamovibles; o esos seres que respiran el aire de unos pulmones hechos de titanio y que descubren una termodinámica hecha de aire y no de calor. La niñera autómata, la civilización que descubre que no es tan única ni tan reciente como piensa que es y los prismas que comunican dos realidades paralelas de un mismo individuo son otras de las joyas reunidas en el volumen.

Que escriba muchos más, Mr. Chiang.

lunes, 7 de diciembre de 2020

El Dios Tullido

El Dios Tullido
Steven Erikson

Y muchos años después, por fin se termina el camino. Décima y última entrega de Malaz. El resultado es satisfactorio por magnitud y por las sensaciones que proporciona, aunque es un libro en la línea de los últimos de la saga; Erikson opta en la mayoría de los capítulos (que no son cortos) por micro intervenciones de personajes y grupos de personajes, lo que para mi gusto le resta fuelle a la acción; además, al ser el último libro, parece que se ha sentido obligado a que todos lo protagonistas (que han sido centenares) tengan como mínimo una breve aparición. A eso hay que añadir que, por supuesto, y como ya se sabía casi desde el comienzo, iba a ser imposible que se explicaran todos los misterios… suponiendo que el propio Erikson, que ha terminado dando la sensación de haberse visto superado por la escala de la historia que ha construido, tenga una idea clara de los motivos y orígenes de algunos de sus personajes.

A pesar de los pesares, Erikson sigue proporcionando lo que se empeñó en ofrecer desde el comienzo: sentido de la maravilla y una historia a escala colosal. ¿Quién no querría ser un Abrasapuentes, tener un amigo como Ben el Rápido o ver un dragón? Ha merecido la pena. Da pena que se haya terminado. Y chapó para Ediciones B, que ha hecho la hazaña de retomar desde el comienzo una saga abandonada justo a la mitad por otra editorial y llevarla hasta el final.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Excesión


Excesión
Iain M. Banks

Para desengrasar de Dostoievski, otra entrega de la saga de la Cultura. “Excession” es el título inglés, que la Factoría tradujo como “Excesión”, que busqué en el diccionario porque no tenía ni idea del significado y resulta que la palabra no está recogida. La traducción literal sería exceso, que es precisamente a lo que se refiere Banks en la novela: el encuentro con un hecho tecnológico y cultural que excede todo lo conocido.

Las entrañables naves-mente de la Cultura parecen haber dado con la horma de su zapato y encima está por medio esa civilización asalvajada que es la Afrenta. Una conspiración entre la Afrenta y ciertas Mentes enfrenta a otras Mentes y juega con el fuego desconocido que es la Excesión. En medio, una historia de amor completamente irrelevante que lo único que hace es distraer y romper el ritmo. La parte de las naves y la Afrenta, sensacional.

Ya sólo me quedan otros cuatro para leerlos todos.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Crimen y castigo

 

Crimen y castigo
Fiódor Dostoievski

Tenía pésimos recuerdos de mi lectura de esta novela, que supuso un castigo en la criminal traducción de Cátedra. Los tiempos han cambiado, el negocio editorial también, y ahora editoriales medianas y pequeñas han logrado una calidad en los libros que venden que, en muchas ocasiones, da sopas con honda a los gigantes del sector.

Leer la traducción de Fernando Otero para Alba es leer otra novela; seguramente una que se parece mucho más a lo que escribió Dostoievski. Otra de las grandes novelas de la historia que se hizo por entregas, lo que parece mentira dado el tipo de material que contiene, muy alejado del folletín de aventuras o de episodios secuenciales más o menos relacionados entre sí.

En cualquier caso, ni siquiera en este segundo intento he logrado meterme en la lectura. Todos los personajes son, como en muchas novelas del XIX, ciclotímicos: basta un parpadeo inesperado de otro personaje para que se zambullan en abismos de desesperación; una media sonrisa y alcanzan el Nirvana; un reflejo inesperado en un cristal y caen en el paroxismo. En cualquier caso, sin duda marca un hito en su indagación en la culpa y también en su reflejo de la sociedad rusa de la época.

El capítulo en el que el protagonista confiesa por primera vez su crimen es muy bueno y creo que la sexta parte, en la que él ya se ha sincerado con Sonia y el juez le comunica que sabe que él cometió el crimen, aunque no disponga de pruebas, es la mejor del libro. Aquí la narración abandona el aspecto, digamos, policíaco (ya no se tratan las sospechas de unos y otros ni los sobreentendidos) y sólo se ocupa de los sentimientos de los personajes, de cómo buscan en ellos mismos los motivos que desencadenan sus acciones.

Así que final brillantísimo, aunque para mi gusto el desarrollo es excesivo… me gustaría saber qué pensarían los que la leyeron cuando se publicó.

viernes, 23 de octubre de 2020

El director es la estrella I


El director es la estrella I
Peter Bogdanovich

Dos libros que recogen las entrevistas realizadas por Bogdanovich a muchos de los grandes directores del Hollywood clásico. Hay una larga e inconexa introducción a cargo del propio Bogdanovich, muy interesante cuando habla de otros y muy aburrida cuando detalla su currículo. El bueno de Peter, que fue una estrella de la dirección un tanto efímera, carece de interés frente a sus entrevistados. Lo mejor de la introducción son las frases de Orson Welles:

“El enemigo de la vida es la mediana edad. La juventud y la vejez son épocas estupendas. Debemos valorar la vejez y dar a los genios la capacidad de funcionar en su vejez. No quitarlos de en medio”

Las entrevistas son bastante variadas; en algunos casos se trata tan sólo de notas recogidas durante una conversación y en otros son el producto de muchas horas de preguntas y respuestas espaciadas durante varios años. El resultado de las entrevistas también depende, lógicamente, del carácter y circunstancias del entrevistado.

Por ejemplo, Raoul Walsh decidió publicar sus memorias y canceló las entrevistas, así que lo que publica Bogdanovich excluye la parte más interesante de la filmografía del director, del que, en cualquier caso, queda claro que fue todo un personaje (marinero, domador de caballos, extra, actor y director).

El libro arranca con Allan Dwan, completamente desconocido para mí, que comenzó en los auténticos inicios del cine. Un predecesor de todos los demás directores. Trabajó a destajo, a veces con las grandes estrellas del momento, pero las condiciones de la época y el advenimiento de nuevas técnicas lo dejaron un poco en la cuneta (en contra de sus deseos). Lo más llamativo de Walsh y Dwan es que reflejan una época en la que la especialización no era necesaria: de entrada, se contaba con cualquiera que mostrara disposición para cualquier puesto. Impensable hoy día.

La entrevista a Fritz Lang es la que más me ha gustado de este primer volumen; incisiva, penetrante, perturbadora en algunos aspectos y muy rica en reflexiones sobre el uso de la cámara o la elección de argumentos para transmitir una idea. Lang debió de ser bastante perturbador, porque incluso la introducción que le hace Bogdanovich tiene un tono inquietante.

A Josef von Sternberg imagino que lo incluyó porque tenía relación personal con él: se niega a contestar ninguna pregunta y cuando responde lo hace prácticamente con monosílabos.

El gran Howard Hawks, con quien el autor tuvo un trato estrecho durante muchos años, se lleva la parte del león del volumen y su entrevista es un tercio del total del libro. Hace gala de esa actitud tan típica de la mayoría de directores de su generación (Ford a la cabeza): no soy un artista, esto es un negocio de entretenimiento, no sé por qué hice tal cosa, se está usted poniendo complicado (al intentar esclarecer las motivaciones de algún personaje), etc. Leyendo sus respuestas parece que con tres o cuatro buenos actores cualquiera podría haber emulado su prodigiosa filmografía.

Y el broche lo pone Alfred Hitchcock, que estaba claramente orgulloso de su trabajo y no tiene inconveniente en detallar todas las técnicas que utilizó (pensadas y ejecutadas con precisión milimétrica) para lograr los efectos de cámara de sus películas. Es otra entrevista enriquecedora, pero después de lo que hizo Truffaut en sus conversaciones con el genio británico, ya no hay mucho más que hacer con Hitchcock en el formato entrevista.

Una gran lectura. A ver qué nos depara el segundo tomo.

domingo, 11 de octubre de 2020

El hombre que nunca existió

 

El hombre que nunca existió
Ben Macintyre

Tras la batalla de El Alamein, después de haber tomado la decisión de invadir Sicilia, los Aliados intensificaron el complejo juego de espías, contra espías y falsas informaciones que jugaban con los alemanes en Europa. Era necesario hacerles creer que Sicilia no iba a ser invadida, presentarla como una maniobra de distracción y desviar su atención hacia un objetivo falso (Creta o Cerdeña).

Y de ahí nació la operación “Carne picada”, en la que se transformó un cadáver anónimo en un oficial de la marina británica que portaba documentos confidenciales describiendo la falsa invasión. Conseguir el cadáver, transportarlo hasta España y dejarlo embarrancar en la playa de forma que la red de espionaje alemana pensara que había atrapado una pieza de caza mayor era el objetivo de la operación.

Las peripecias para lograrlo sin que los alemanes sospecharan y la descripción de las exóticas personalidades envueltas en la aventura son el contenido del libro de Macintyre. Entretenido, sorprendente… y probablemente incluso real.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Vampiros… y más que vampiros

Vampiros… y más que vampiros
Varios autores

Otra entrega de las selecciones de relatos que Valdemar ha ido agrupando por temas en coquetos volúmenes de tamaño bolsillo con tapa dura. En esta ocasión, los siniestros vampiros. Aquí los hay canónicos, condales, como el más famosos de ellos; también los hay sedientos de las emociones de los demás, o víctimas de maldiciones; provenientes del mundo de las hadas; adaptados a la modernidad y hasta los hay cefalópodos.

Pollidori y su vampiro victoriano inician el volumen, que continua con Hawthorne, un vigoroso Dumas, el inevitable Poe, un relato muy gótico de Vignon y una sucesión que siempre está bien escrita y hecha como mínimo con oficio. Así que todo es buena literatura y se disfruta.

En general me he sentido más indiferente cuanto más romántico era el estilo: esos personajes ciclotímicos que llegan al ataque de nervios por una sonrisa entrevista me resultan muy artificiales. Los relatos que más me han gustado han sido “La dama pálida” de Dumas, escrito con intensidad y fuerza; “El parásito” de Conan Doyle, fascinante, con una gradación de la trama hecha con mano maestra; “Hijo de sangre”, de Richard Matheson, que es un ejemplo perfecto de su estilo directo y utilitario en el que unas palabras descarnadas cincelan un carácter y que en pocas páginas es capaz de causar auténtica aprensión y dar varios golpes argumentales y, por último, “El final de la noche”, de José María Latorre, el único español de la antología, muy clásico y verosímil pero actualizado y con un final inquietante.

Buenas traducciones a pesar de esa manía de Mauro Armiño por retorcer el diccionario (azulescos por no escribir azulados o albadas por evitar albas como plural del amanecer).

lunes, 21 de septiembre de 2020

Expiación

 

Expiación
Ian McEwan

McEwan es para mí, como otros grandes contemporáneos, un absoluto desconocido. Cuando se mencionaba el título de esta novela sólo recordaba la cara de Keira Knightley en la foto de promoción de la película basada en ella, que tampoco he visto. Sin embargo, en las recomendaciones de grandes lecturas para la pandemia no dejaba de aparecer este título, así que me puse con ello sin saber siquiera de qué trataba.

Y desde luego ha merecido la pena. Desde la primera línea la escritura es primorosa, casi delicada, de una sensibilidad exquisita para sintonizar los estados de ánimo de cada personaje. La primera parte comienza con un encuentro familiar y consigue generar interés sin contar nada especialmente interesante. Durante la reunión sucede algo que tuerce las vidas de varios personajes y que me hizo temer lo peor; parecía que íbamos a un culebrón televisivo. Pero no. En la segunda parte recorremos el camino a Dunkerque con las tropas británicas en retirada; el lodo, el hambre, la sed, la bestialidad del hombre; todo ya sabido pero renovado con el barniz de la buena literatura. Y en la tercera parte se abrocha la trama.

Dicho así parece más de lo de siempre pero no lo es. Es una novela prodigiosa gracias al estilo con que está narrada. Un clásico moderno. Una maravilla.

jueves, 27 de agosto de 2020

El sol. Una biografía

 

El sol. Una biografía
David Whitehouse

 
En realidad, el ensayo famoso de Whitehouse es el que dedicó a la luna, pero encontré los dos a la vez en una librería de segunda mano y pensé que este tampoco estaría mal. Y como me interesa más el tema solar que el lunar, he empezado leyendo este.
 
Es un ensayo entretenido, pero no está conseguido del todo. Está estructurado en muchos capítulos cortos que son una especie de flashes que tratan de iluminar aspectos de nuestro astro. El resultado es un tanto deslavazado, alternando cómo veían otras civilizaciones al sol a través de sus mitos, un breve recorrido histórico de la astronomía y algunas pinceladas sobre cosmología (diría que un tanto obsoletas a fecha de hoy, después de dieciséis años de estudios sobre el tema).
 
Tiene capítulos muy interesantes y otros un poco aburridos, pero el mayor problema que le veo es la falta de unidad. Es como esos documentales de National Geographic que se intentan sostener a base de imágenes impactantes. Con la luna quizá haya más suerte.

jueves, 13 de agosto de 2020

Tiempo de magos

Tiempo de magos
Wolfram Eilenberger

Lo habitual en los ensayos sobre filosofía es la aridez y, en muchas ocasiones, el aburrimiento. Hasta Russell en su inconclusa historia de la filosofía es más entretenido en los interludios históricos que en la descripción de cada escuela.

Eilenberger ha conseguido lo que parecía imposible. Ha enmarcado su ensayo entre 1919 y 1929 para seguir la pista de los cuatro pensadores más influyentes y originales del momento y Wittgenstein, Heidegger, Benjamin y Cassirer van pasándose el testigo entre ellos y recorremos sus peripecias vitales junto al discurrir de su pensamiento, de forma que, por una vez, aparecen naturalmente asociadas las dos facetas de su humanidad.

La acción comienza en 1929, en Cambridge, por una parte, donde Wittgenstein lee su tesis doctoral ante Bertrand Russel (“No se preocupen, sé que jamás lo entenderán”, les dijo a los examinadores al terminar); y en Davos, en el clímax del enfrentamiento intelectual entre Cassirer y Heidegger. Benjamin, que fue un cabo suelto en casi todos los aspectos de la vida, pulula de una ciudad a otra, de un país a otro, de una relación sentimental a otra.

Y desde ese momento culmen, retrocedemos a 1919 para ver la forja de todas esas ideas y las existencias de nuestros protagonistas que, en cierto modo, igual que sucede con los músicos y los escritores, plasmaron en sus construcciones intelectuales gran parte de su devenir vital.

domingo, 2 de agosto de 2020

El uso de las armas


El uso de las armas
Iain Banks

El primer libro que leí de la saga de la Cultura (que no es una saga, sino un escenario inventado por Banks en el que desarrolló varias novelas) fue “El jugador”, brillante e inolvidable. En realidad, fue la segunda novela del mundo de la Cultura y me gustó tanto que me fui a por la primera para leerlas todas. Pero la primera, “Pensad en Flebas”, pasó sin pena ni gloria y desde entonces han pasado un montón de años hasta que el calor y el agobio me han hecho buscar un lugar al que poder huir.

Así que retomé el mundo Banks con su tercera entrega, que es mejor que la primera, pero no llega a enganchar tanto como la segunda. Lo que sí hizo Banks aquí fue trabajarse una estructura elaborada, en la que parece que la trama importante es la nueva misión del agente Cheradenine Zakalwe de la sección de Circunstancias Especiales. Superpuesta con esa trama hay una segunda que es un flashback de la vida del buen Zakalwe y, al final del libro, ambas confluyen y se desvela el terrible secreto de nuestro hombre.

Es muy entretenido, pero deja la sensación de que todas esas páginas son sólo un “macguffin” construido para el fuego artificial del último capítulo. Aún así se disfruta leyéndola.

miércoles, 22 de julio de 2020

Entre el miedo y la libertad


Entre el miedo y la libertad
David M. Kennedy

Uno de esos ensayos raros por la brillantez reunida: contenido y forma; prosa de altura para describir con minuciosidad en lo social, en lo económico y en lo político el camino que recorrió Estados Unidos desde la Gran Depresión hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

El arco que dibuja Kennedy comienza con el presidente Hoover (“el ingeniero”), un hombre brillante, con un recorrido internacional deslumbrante en la empresa privada y unos conocimientos técnicos apabullantes que fracasó en la gestión política de la enorme tormenta económica de 1929.

El testigo lo recogió Roosevelt, casi la antítesis de su predecesor; un hombre sibilino, astuto, que nunca reveló a nadie sus auténticos pensamientos; brillante en la diplomacia y en la consecución de acuerdos e incoherente en sus formulaciones económicas y políticas; oportunista, si pensaba que ceder en el momento le convenía para conseguir sus objetivos a largo plazo, lo hacía sin rubor. Una figura singular, de una influencia enorme, elegido cuatro veces para el cargo (la cuarta testimonial porque falleció meses después), que rompió todos los precedentes al intentar más de un segundo mandato consecutivo, hasta el punto que la vigesimosegunda enmienda, que limita el número de mandatos presidenciales a dos, se aprobó en 1947 debido en gran parte al temor del Congreso a que el país terminara siendo un régimen presidencial.

El camino de Roosevelt fue tortuoso y, visto día a día, evitando la reelaboración del pasado desde el conocimiento del presente, se muestra contradictorio, lleno de decisiones opuestas y de pasos adelante y atrás. Sin embargo, lo cierto es que el presidente consiguió llevar a cabo en líneas generales las grandes reformas de las que sólo había esbozado una idea superficial: en 1937 la situación económica había mejorado sustancialmente respecto a su primer año en el puesto (1932), se habían asentado los cimientos de la primera Seguridad Social que había conocido el país, se había ordenado el caótico sistema bancario y se había abordado el espinoso asunto de la reforma del Tribunal Supremo, visto por la población como un lugar sacrosanto, y que se oponía sistemáticamente a cualquier intento de legislar desde el Gobierno las condiciones de contratación que las empresas ofrecían a los trabajadores.

A pesar de todo, los problemas seguían siendo colosales: millones de parados, una nueva recesión en 1937 que parecía capaz de tumbar los logros conseguidos, enormes tensiones raciales que Roosevelt evitaba abordar debido a su dependencia del apoyo de los demócratas de los estados del sur y una obstinada reticencia de la mayoría de la nación a involucrarse en cuestiones internacionales, independientemente de su naturaleza e influencia en los asuntos del propio país.

Y entonces llegó el hiato de la guerra. Roosevelt tuvo clara la necesidad de involucrarse desde el comienzo, pero sólo dio pasos discretos y titubeantes ante la resistencia, incluso dentro de su propio partido, a abandonar el aislacionismo. En 1940 Roosevelt sería elegido para un inédito tercer mandato, durante el que se aceleró la conversión de toda la producción industrial del país en una industria de guerra y Pearl Harbor sería el detonante de la participación en el conflicto (algo que probablemente habría sucedido de todos modos).

La guerra trajo a Estados Unidos una prosperidad desconocida. El enfoque de producción en cadena, los colosales recursos materiales y humanos del país y su lejanía de todos los escenarios de combate, condujeron a la construcción de fábricas en las que trabajaban 40.000 personas que producían un bombardero al día. En 1944 Estados Unidos fabricaba más material de guerra (armas, munición, herramientas, ropa, comida) que Reino Unido, Alemania y Japón juntos y más del 10% del material del Ejército Rojo provenía de fábricas estadounidenses. Y todo ello sucedió a la vez que el nivel de vida de la población se incrementaba más del 15% (mientras que en el resto de países beligerantes descendía más del 20%).

Es muy interesante ver la guerra desde el interior de Estados Unidos, algo que en las historias del conflicto no suele tratarse. Testimonios de miles personas que, por primera vez, gracias a la producción industrial frenética, tuvieron un trabajo estable y pudieron comprarse una camisa, ir al cine o disponer de agua corriente y electricidad en una vivienda que no era equiparable a una chabola. Pero también los testimonios de los negros, discriminados en el ejército y en la empresa, que se negaba a contratarlos. Y los de los japoneses (decenas de miles) residentes en el país, que fueron encerrados en campos de concentración en la Costa Oeste.

Los procesos electorales del país no se vieron ningún momento alterados por las circunstancias, por lo que, en 1944, en plena guerra, volvió a haber elecciones. En esta ocasión Roosevelt no disimuló su intención de ser candidato, si bien tuvo que recurrir a un vicepresidente que no era su favorito pero que le garantizaba la unidad del partido y, de hecho, fue la victoria más apurada de las cuatro que logró. Llegado a este punto, la salud de Roosevelt era tan mala que en la conferencia de Yalta el médico personal de Churchill anotó en su diario que, como médico, veía a un hombre al que le quedaban pocos meses de vida.

Y así fue. Roosevelt no vería el final de la guerra y su vicepresidente, un granjero de Missouri cuya educación no había ido más allá de la secundaria, que fracasó en los negocios que emprendió, pero que se labró una carrera política desde la honestidad (fue el único demócrata que no participó en la red de corrupción del partido en Missouri) y la capacidad para conseguir acuerdos, sería el que, como él mismo confesó, accedió a la presidencia lleno de terror en 1945. Sería Truman el que se enfrentaría al comienzo de la guerra fría en Potsdam y el que sancionaría la decisión de lanzar la bomba atómica sobre Japón.

Y con el final de la guerra termina el libro y nos deja unos Estados Unidos que habían pasado de la depresión y el aislacionismo a ultranza a disponer de la mitad de la capacidad de manufactura de todo el planeta, generar más de la mitad de la electricidad que se producía en el mundo, atesorar dos tercios de todas las reservas de oro, producir el doble de petróleo que todos los demás países juntos y ser el impulsor y fundador de algunas de las organizaciones internacionales más decisivas e influyentes de los últimos setenta años: FMI, OTAN, Organización Mundial del Comercio…

Inevitablemente, eso forjó una leyenda acerca de la guerra en la que los comportamientos bestiales fueron piadosamente olvidados y dio lugar a una imagen propia que, desde fuera, siempre se observó como un ejercicio de cinismo. También dio pie al que quizá, por encima de la guerra fría, sea el hecho más significativo de la segunda mitad del siglo XX, el que más ha modelado el mundo hasta hoy día: la globalización. Resulta paradójico que el país que la impulsó (consciente o inconscientemente) hoy se vea a sí mismo como una víctima del proceso, esté abandonando las alianzas y organizaciones que él mismo creó y, al menos aparentemente, esté dejando en manos de sus rivales la toma de decisiones consensuadas a nivel internacional. ¿Quo vadis?

viernes, 26 de junio de 2020

Dune


Dune
Frank Herbert 

Creo que, junto a “Cien años de soledad”, es la novela que más veces he leído. No pierde su magia.

La presciencia inducida por la melange, la inescrutable CHOAM, la criba genética de la Bene Gesserit, los gusanos (las ballenas del desierto), los irreductibles fremen, el odioso Vladimir Harkonen, los mártires Atreides, el enfoque mentat… Un libro infinito.

No conoceré el miedo. El miedo mata la mente. El miedo es el pequeño mal que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allí por donde mi miedo haya pasado ya no quedará nada, sólo estaré yo.

miércoles, 17 de junio de 2020

Un tronar de tambores


Un tronar de tambores
James Warner Bellah

Parece que Bellah fue uno de esos seres humanos convencidos de la superioridad de los que tienen su mismo color de piel y su sexo sobre todos los demás. Las historias recogidas en este volumen están trufadas de perlas sobre los indios y las mujeres; me ha recordado a Heinlein (aunque éste tenía más salero) y como a Heinlein lo he leído: un escritor de historias de aventuras que, al opinar sobre determinadas cuestiones, es una especie de abuelo cebolleta.

Dejando lo extraliterario aparte, Valdemar ha reunido en este volumen cinco relatos y una novela corta. La novela la escribió a partir de su propio guión para la película “Fort Comanche”, y la gloria de los relatos es que John Ford los utilizó como base para su trilogía de la caballería: “Fort Apache”, “La legión invencible” y “Río Grande”.

Algo encontramos aquí de Ford y de la epopeya en la que el cine convirtió la colonización del Oeste: los personajes solitarios, encallecidos, muchas veces sin esperanza, entregados a una causa que terminan considerando como algo personal; los paisajes; la sensación de frontera, de límite. Faltan la poesía inmensa y la belleza que Ford inyectó en sus películas y queda un producto eficaz y bien acabado.

Es una colección entretenida y se nota el esfuerzo de Bellah en hacer algo con relieve, pero la metáfora no parece su elemento natural así que resulta más convincente cuando trata de ser menos poético. Leídos uno detrás de otro, resultan un poco repetitivos, al tener la misma ambientación y el mismo tipo de protagonista, aunque Bellah escribió mucho por lo que quizá sea más un efecto de la selección de Valdemar que una característica del autor. En cualquier caso, son un buen entretenimiento.

viernes, 5 de junio de 2020

La historia del mundo en 100 objetos

La historia del mundo en 100 objetos
Neil MacGregor

Neil MacGregor, director del Museo Británico entre 2002 y 2015, realizó en 2010 una serie de programas radiofónicos que repasaban la historia de la humanidad a través de cien objetos de la colección del Museo. El programa tuvo bastante éxito y se convirtió en este libro, que es la transcripción de aquellas emisiones, acompañada por imágenes de los objetos descritos.

Un libro bello y conmovedor, en el que aparece la herramienta más humilde hecha en sílex por las manos del mismo animal que talló unos renos en el colmillo de un mamut o dos amantes en una piedra encontrada en Judea hace 11.000 años. Momias y sellos reales junto a instrumentos musicales; edictos e instrucciones junto a utensilios de la vida cotidiana; sofisticados adornos y tapices que mostraban la importancia de sus poseedores, hoy ya olvidados; tesoros vikingos, piezas de ajedrez, un astrolabio judío fabricado en España con inscripciones en árabe, latín y hebreo; una tarjeta de crédito, una lámpara solar, monedas, bustos, estatuas… Los pecios del tiempo mostrando la inmensa red que siempre conectó a la humanidad entera.

jueves, 4 de junio de 2020

Un mundo helado


Un mundo helado
Naomi Novik

Tras su oscuro cuento, este cuento invernal en el que el calor escasea, pero que cuando aparece puede llegar a ser peor que el frío.

Otra vuelta de tuerca de Novik al cuento de hadas más tradicional, otro acierto enorme, más conseguido incluso que su anterior novela, con la magia oculta en la vida cotidiana, sentida y temida pero mantenida aparte.

El martirizado zar, los judíos despreciados, el animal que habita en el ser humano, una misteriosa raza helada y un demonio. Gran lectura.

lunes, 25 de mayo de 2020

El cártel


El cártel
Don Winslow

Los Keller, Barrera, CIA, DEA y demás de “El poder del perro” vuelven a la carga ambientados en la guerra de cárteles que se produjo en la primera década de este siglo en México. Una contienda de proporciones militares que sumió al país en el caos, pulverizó el estado de derecho y demostró el grado de infiltración que había logrado la droga en todas las estructuras del país.

Vuelve a ser una lectura fascinante: la instrumentalización de la violencia y el desapasionado enfoque del tráfico de drogas como negocio en el que solo importan los beneficios. En esta entrega Winslow incluye a la prensa, pero frente a la intensidad de los narcos y los policías, los periodistas parecen desvaídos.

Una lectura absorbente y terrible.

lunes, 11 de mayo de 2020

Un hombre con atributos



Un hombre con atributos
David Lodge

 

Después del buen rato de “Terapia”, me he puesto con la última obra de ficción de Lodge, en una edición primorosa de Impedimenta. Se trata de una novela-biografía (o biografía-novela) sobre H. G. Wells, así que antes de empezar con la lectura prometía mucho.

Todo empieza con un anciano Wells enfermo de cáncer hígado, postrado en su casa londinense entre los últimos esporádicos bombardeos de la guerra. Mediante las visitas que va recibiendo de familiares y amigos, y una serie de diálogos que mantiene con una especie de voz interior, Lodge nos presenta el entorno sentimental del autor. Hasta ahí todo bien. Interesante y bien escrito.

A partir ahí recorremos, desde su iniciación sexual, los interminables escarceos, infidelidades y aventuras sexuales y sentimentales del escritor; algo que es inevitablemente repetitivo para quien se limita a leerlo. Intercaladas entre los lances sexuales, encontramos la lucha de Wells a través de la sociedad Fabiana para intentar transformar la sociedad de su tiempo y descripciones de algunas de sus obras, casi todas posteriores a 1910, que son las menos interesantes para un lector del siglo XXI.

Así que al final ha sido un libro bastante aburrido porque el perfil más atractivo de Wells es su obra literaria temprana, mientras que sus apetitos sexuales y su búsqueda de reconocimiento social e intelectual son aspectos convencionales del ser humano. Creo que es un libro fallido por parte de Lodge, que no ha sabido plasmar la fascinación que causó Wells en su época ni la magia que siguen teniendo sus marcianos invasores y su viajero temporal. 

martes, 5 de mayo de 2020

El espejo de un hombre

El espejo de un hombre
Stephen Greenblatt

Probablemente todos los datos conocidos sobre la vida de William Shakespeare podrían escribirse ocupando menos de un folio. Una paradoja, dado el renombre y el éxito que llegó a tener en vida y que se ha acrecentado con el paso de los siglos. El First Folio, la primera edición más o menos completa de sus obras teatrales, no se publicó hasta pasados siete años de su muerte e incluyó, entre otras obras inéditas, nada menos que Julio César, que no se había publicado nunca antes y que quizá hubiese terminado perdida.

Así que, después de siglos en los que multitud de estudiosos han recabado toda la información posible sobre el bueno de William, y visto que no parece que pueda encontrarse mucho más, Greenblat busca al hombre a partir de esos pocos hechos conocidos buceando en lo que dejó escrito: el padre, prócer de la comunidad y próspero fabricante de guantes, que termina arruinado y alcohólico (Falstaff, Hamlet sobre el alcohol); la actividad de William como guantero hasta que logró ganarse la vida como actor (referencias a la piel y el modo en que se trabaja dispersas en toda su obra), etc.

Un libro que recrea la época y el reflejo que pueda quedar del hombre en lo que nos ha llegado de su obra.

lunes, 4 de mayo de 2020

La frontera de las sombras

La frontera de las sombras
Tad Williams

Abandonado. Una tetralogía milenaria en páginas. Esperaba algo entretenido pero Williams quiso hacer algo especial y en realidad es lo de siempre pero con tanta obsesión por los detalles que termina aburriendo.

viernes, 24 de abril de 2020

Conan

La cosa de la cripta
Sprague de Camp
La Torre del Elefante
Robert E. Howard
La mano de Nergal
Robert E. Howard
La ciudad de las calaveras
Lin Carter & Sprague de Camp

Primera entrega de la integral Conan recopilada por Martínez Roca en los 90, reuniendo en orden cronológico todas las historias protagonizadas por el bárbaro de ojos azules como el hielo. Martínez roca publicó lo escrito por Howard y también las contribuciones de Sprague de Camp y Lin Carter (novelas y relatos propios, correcciones a las ediciones originales e inserciones hechas para dar coherencia al conjunto).

Un icono de la literatura fantástica ideado por el fugaz y prolífico Howard, que se suicidó a los 30 años sin haber abandonado el mundo de las revistas pulp. El volumen de su producción y el medio en que se publicaba debieron de influir bastante en su no estilo: prosa sumaria e historias casi sin desarrollos y con una estructura que se repite una y otra vez (Conan en apuros, Conan se enfada, Conan se lía a mamporros y se queda con la chica).

A pesar de ello, Howard lograba un ritmo trepidante, buenas y variadas ambientaciones y un elenco de villanos de lo más atractivo. Los sucesores fueron completamente respetuosos con los modos de Howard; o al menos a mí me resulta imposible distinguir lo escrito por unos y por otros.

En este volumen encontramos unos cuantos relatos y dos ¿novelas? que en realidad se asemejan a relatos algo mas extensos. Las dos novelas respetan la tradición de los folletines y cada capítulo termina en una situación de suspense cuya resolución solo podría conocerse a la semana siguiente.

Es una lectura que requiere una aproximación ingenua, que busca (y consigue) entretener ofreciendo aventuras exóticas. Me pregunto hasta dónde habría llegado Howard si hubiera dispuesto de más tiempo porque hay destellos que, quizá, podrían haber dado más talla literaria a su Conan.

lunes, 20 de abril de 2020

En el principio fue la oscuridad

En el principio fue la oscuridad
R. Scott Bakker

Relectura aprovechando la cuarentena. Primer libro de tres, que luego continuaron con otros dos que ya no se tradujeron al castellano.

Son las Cruzadas vistas por la magia. Una mezcla fascinante de sistemas filosóficos, política y magia desencadenada por la ambición de un solo hombre, descendiente de un pueblo ya olvidado y casi reducido a cenizas.

El desquiciado Emperador, el misterioso hombre venido del norte, la prostituta, las Escuelas mágicas y, sobrevolándolo todo, el terrorífico Consulto, ya olvidado, y su némesis, el Mandato, caído en desgracia al enfrentarse a un enemigo supuestamente inexistente.

Me ha gustado tanto como la primera vez.

jueves, 9 de abril de 2020

Hombre / Que viene Valdez

Hombre / Que viene Valdez
Elmore Leonard

Dos novelas canónicas del género. El villano, egoísta y autoritario, la mujer, casi un objeto, y el héroe, sobrio y vulnerable, pero dispuesto a afrontar su destino.

Ambientación sensacional, gran pulso, buenos personajes y edición de lujo para un autor “de segunda” dedicado a un género “de segunda”  que era más capaz de hacer su trabajo que muchos autores “de primera”.

sábado, 4 de abril de 2020

Terapia

Terapia
David Lodge

Lawrence “Michelines” Passmore, guionista televisivo de éxito, nos cuenta en un diario personal sus tribulaciones y vaivenes vitales. Un persistente dolor de rodilla, una sacudida sentimental, un escollo profesional y el encuentro con Kierkegaard. Así dicho suena serio y trascendente, pero esta especie de Chumy Chúmez consigue ser profundo y divertido. Llega a la patata.

Muy bien escrita, con una parte central genial en la que lo que parecen las conversaciones de terceros son en realidad las anotaciones de Lawrence sobre cómo cree que es visto por otros. Lástima los capítulos en los que rememora su primer amor y en el que recorre el Camino de Santiago, que son algo más flojos que el resto.

La novela se publicó en 1995 y nos describe un mundo lleno de fax, en el que la gente escribía cartas, compraba sellos, usaba el teléfono para hablar… a veces resulta más cercano al siglo XIX que al XXI.

miércoles, 1 de abril de 2020

Un cuento oscuro


Un cuento oscuro
Naomi Novik

Una pieza peculiar este oscuro cuento. No puede ser más convencional, con su bosque tenebroso, el ambiguo hechicero, la aldeana con potencial y la corte llena de intrigas; y, a la vez, tiene un aire nuevo, un toque diferente. El ambiguo hechicero es una persona muy frágil, la aldeana con potencial una chica muy normal y la corte es más ambigua de lo que parece.

Gran ambientación, una descripción vívida de la magia, personajes reales y bien escrito. Me lo he pasado muy bien leyéndolo.

martes, 31 de marzo de 2020

Las nuevas rutas de la seda


Las nuevas rutas de la seda
Peter Frankopan

Tras el éxito de su ensayo anterior, una aproximación a la historia desde un punto de vista no occidental, Frankopan aborda en este libro la situación actual, el desplazamiento de los centros económicos y de poder de Occidente a Oriente. Los hechos referidos no son anteriores a 2010, lo que da al ensayo inmediatez, pero le resta la posible perspectiva que se puede ganar con el tiempo. Tal vez esa falta de perspectiva haga que demos importancia a sucesos que son más superficiales que sustantivos y que pasemos por alto otros que marcarán una pauta. En cualquier caso, es un punto de vista sobre el mundo actual más detallado que el que suelen arrojar los medios de comunicación convencionales.

Ya la introducción nos pone, con los datos por delante, en una tesitura de la que en Europa no solemos ser conscientes: el 70% de las reservas petróleo mundiales y el 65% de las de gas natural están en Asia; allí se produce el 50% del trigo y el 85% del arroz mundial y atesoran el 80% de todo el silicio y tierras raras conocidos, que son la columna vertebral de la producción tecnológica actual. Para 2027 el PIB de las grandes ciudades asiáticas habrá superado al de las europeas y norteamericanas sumados.

A estas riquezas en recursos hay que añadir la colosal transformación experimentada, especialmente por China, en los últimos 30 años: la inversión en tecnología, en formación, la orientación a la producción industrial de calidad, dejando de ser meros ensambladores de productos, el establecimiento de objetivos a largo plazo… de repente Occidente se ha visto sacudido del sueño de los últimos 500 años de dominación y se ha encontrado en un mapa con múltiples polos de poder y sin un plan para reponerse del susto.

Ante este panorama, contrasta la reacción occidental (pánico, histeria, miedo) con la oriental (planificación, expectativas, esperanza). Frankopan también recoge los enormes problemas de la zona asiática, su falta de uniformidad, la fragilidad de algunos de los cambios experimentados y recoge testimonios y ejemplos de lo volátil que es la situación actual, en la que las alianzas y rivalidades de los últimos cien años están modificándose.

En la página 269 aparece esta reflexión:

“El surgimiento de este nuevo mundo se está produciendo ante nuestros ojos, impulsado por transferencias de poder tan radicales que es difícil pensar que algo pueda detenerlas, frenarlas o contenerlas, salvo las mismas fuerzas del conflicto, de la enfermedad y del cambio climático que han desempeñado un papel tan importante en el pasado. Son esas fuerzas las que han dado forma a la historia mundial y las que modulan y remodelan el presente y el futuro.”

Y justo ahora el corona virus. Un libro para reflexionar.

jueves, 12 de marzo de 2020

El ruido del tiempo

El ruido del tiempo
Julian Barnes

Otro autor sin leer con una trayectoria brillante. No sé si la de esta novela será su temática habitual. En esta ocasión Barnes se acerca a la agonía personal, íntima, silenciosa de Shostakovich; al aplastamiento del alma y de la voluntad, a la vergüenza de doblegarse ante el Poder para conservar la vida.

Prosa de altos vuelos, ensamblada con originalidad y mano maestra. Una ficción tangente a la realidad que nos describe mejor que cualquier biografía lo que debió ser la vida para Shostakovich el hombre.

“¿Qué podía oponerse al ruido del tiempo? Sólo esa música que llevamos dentro – la música de nuestro ser – que algunos transforman en auténtica música. Que, a lo largo de las décadas, si es lo suficientemente fuerte y auténtica y pura para acallar el ruido del tiempo, se transforma en el susurro de la historia.”

viernes, 6 de marzo de 2020

Léxico familiar

Léxico familiar
Natalia Ginzburg

Abandonado a la mitad. Otra autora laureada con el Nobel, otro libro prestigioso… Empecé con la introducción, que yo pensaba que era parte de la historia, y luego vi que no; era un prólogo a esta edición. La mejor prosa del libro está en ella. Lo demás es candoroso y encantador pero tan uniforme que a mí ha terminado aburriéndome.

martes, 3 de marzo de 2020

El cielo de piedra

El cielo de piedra
N. K. Jemisin

Cierre cosido al milímetro de todo lo anterior. Se explican los orígenes de todas las razas y sus enemistades y la trama tiene un final canónico.

No está mal, pero el sentido de la maravilla del primer libro queda completamente enterrado.

martes, 25 de febrero de 2020

Historia del silencio

Historia del silencio
Alain Corbin

En este mundo ultra conectado, de opiniones a todo volumen y exposición de la intimidad, un acercamiento al silencio.

"La sociedad nos conmina a someternos al ruido para formar así parte del todo, en lugar de mantenernos a la escucha de nosotros mismos. De este modo, se altera la estructura misma del individuo."

Un recorrido aleatorio, apegado a los afectos y tradiciones del autor sobre el silencio en sus distintas manifestaciones y usos. Para mi gusto está demasiado teñido de religión, un área que a mí me interesa poco, por lo que no me ha resultado tan atractivo como esperaba. Aún así, los capítulos “Aprendizajes y disciplinas del silencio” (sobre la inundación de ruido del siglo XIX y las diferentes reacciones) e “Interludio: José y Nazaret o el absoluto del silencio” (sobre la mudez del ¿padre? de Jesús) me han parecido deslumbrantes.

lunes, 24 de febrero de 2020

El portal de los obeliscos

El portal de los obeliscos
N. K. Jemisin

Como ya sesapinaron mis grándulas de orograta, en esta entrega Jemisin deja en segundo plano el formidable entramado que armó para describir su mundo y se dedica a hacer que los personajes vayan de acá para allá, preparando lo que imagino será la reunión en el último volumen.

Respecto a la historia conocida, solo sucede un acontecimiento que aclara la lucha de facciones y plantea una situación de enfrentamiento extremo.

Está muy bien todo y sigue siendo una historia atractiva, pero aún no entiendo que los autores se presten a alargar de esta manera las tramas. Con un libro podría haberlo resuelto todo y le habría quedado redondo. Sospecho que el remate de la historia no estará ni de lejos a la altura de la inventiva de la primera entrega.

martes, 18 de febrero de 2020

Un universo de la nada

Un universo de la nada
Lawrence M. Krauss

Preguntas eternas: ¿cuál es el origen de nuestro universo? ¿Cómo surgió? ¿Cuál será su final?

Krauss comenzó con la física de partículas y, a raíz de diversos estudios, se pasó a la Cosmología. Aparentemente es un contrasentido, pero en este libro, que nos lleva desde el momento presente hacia atrás y también hacia adelante en el tiempo y el espacio, se hace patente la proximidad de las dos disciplinas: cómo lo que llamamos vació está poblado de partículas y antipartículas de vida efímera y cómo, en un volumen infinitesimal de espacio-tiempo, la interacción de esas partículas puede desencadenar procesos que conduzcan a la aparición de un universo entero.

Es un viaje fascinante y, en cierto modo, también aterrador; no por la falta de propósito en la existencia del universo, sino por lo implacable de sus procesos una vez puestos en marcha. Una de las ideas más espeluznantes que contiene este libro es que la expansión del universo provocará, en unos billones de años, que la radiación de fondo de microondas se haya vuelto completamente homogénea y que las galaxias estén tan alejadas entre sí que no sean perceptibles las unas desde las otras, lo que conduciría a un hipotético observador a pensar que su galaxia es el universo completo y que siempre existió tal cual; eterno, inmutable.

Un viaje de miles de millones de años para volver a la imagen medieval del Cosmos. Hipnótico.

jueves, 6 de febrero de 2020

Sherlock Holmes y el heredero de Nadie

Sherlock Holmes y el heredero de Nadie
Rodolfo Martínez

Última entrega del Sherlock de Rodolfo Martínez. En esta ocasión la trama arranca con el asesinato de Kennedy, vuelve hacia atrás para presentarnos a un joven Holmes dando sus primeros pasos como detective en el lejano Oeste, para volver al tiempo del inicio y abrochar algunos de los personajes que aparecieron en libros anteriores.

Es la mas equilibrada de las cuatro y la que más centrada está en su propia trama, en lugar de tratar de establecer conexiones entre diferentes personajes del imaginario popular. Muy entretenida.

miércoles, 5 de febrero de 2020

La quinta estación

La quinta estación
N. K. Jemisin

Trilogía agasajada con tres Hugos consecutivos, a uno por libro, y finalista del resto de galardones de prestigio del género. Así que había que echarle un tiento.

La verdad es que ofrece originalidad y consistencia y además interesa lo que cuenta. Y esa es una combinación rara y valiosa. El libro es inclasificable; reúne temáticas y enfoques de muchos tipos pero logra unicidad.

Se nos cuenta, desde tres historias que parecen diferentes pero que están relacionadas, la agonía (en principio por motivos desconocidos) del continente Quietud. En él conviven, de un modo forzado, humanos normales, orogenes, capaces de utilizar y alterar la orogenia terrestre, comepiedras, que son una incógnita y Guardianes, encargados de controlar la raza de los orogenes. El Fulcro es la institución que entrena a los Guardianes y controla a la población de orogenes.

Las historias de Essum, desahuciada por su condición de orogén, la de la niña Damaya, orogén repudiada por su familia y recogida por un Guardián para ser entrenada en el Fulcro y la orogén tetranillada Sienita, enviada a una misión para reparar el puerto de una comunidad costera, se van intercalando y al final resultan ser una misma baraja que Jemisin utiliza para describir la sociedad de Quietud.

Este primer libro queda completamente abierto, por lo que habrá que leer el resto para conocer la historia. Gran lectura. Ha dejado el listón muy alto y el vicio de hacer trilogías suele terminar en continuaciones mediocres. Ojalá esta vez no sea así.