Einstein
Walter Isaacson
Una nueva biografía de Albert Einstein en castellano, esta
vez de la mano del periodista Walter Isaacson, que es autor de otros ensayos
biográficos dedicados a Benjamin Franklin, Kissinger y al nuevo Papa Steve
Jobs. En general es un trabajo muy bien hecho, muy exacto, que se preocupa de
iluminar los aspectos menos populares de la vida y el trabajo del gran
científico. Hay abundancia de fuentes y citas y siempre prevalece el rigor
sobre cualquier otra consideración, lo que por un lado nos proporciona una
semblanza general del personaje y, por otro, impide que el texto levante el
vuelo y nos transmita auténtica emoción.
En el aspecto científico recorremos las lecturas,
reflexiones y peripecias que le condujeron a ese milagroso año 1905 (efecto
fotoeléctrico, movimiento browniano, relatividad especial y equivalencia entre
masa y energía), el extenuante camino hasta la relatividad general (1915) y las
controversias en torno a la mecánica cuántica que desembocaron en un largo
viaje a ninguna parte para tratar de encontrar una teoría que englobase
relatividad, gravitación y cuántica.
En lo personal encontramos un Einstein que desde su
adolescencia mostró una personalidad rebelde, contraria a dejarse dominar por
la autoridad y muy segura de su capacidad intelectual, lo que le condujo en
ocasiones a ser jactancioso (como por ejemplo cuando, sin haber realizado aún
ninguna investigación, dedicó varias cartas a Boltzmann rebatiendo
equivocadamente, algunos de sus trabajos publicados) pero también a lograr sus
deslumbrantes descubrimientos. Con la edad el carácter se atemperó y nunca
perdió afabilidad ni bonhomía, aunque siempre le costó mantener relaciones
normales con sus allegados (hijos y esposas incluidos) hasta el punto que él
mismo reconocía encontrar solaz en la investigación frente a la turbulencia de
las relaciones humanas.
Isaacson recoge tambien multitud de anécdotas, como la del
Senado estadounidense debatiendo la teoría de la relatividad en uno de sus
plenos o, ya en la madurez, la llamada del propio Einstein a la Universidad de
Princeton haciéndose pasar por un
admirador para que le recordaran la dirección de su casa, que había olvidado.
La dimensión colosal de su trabajo científico, que
trasciende el ámbito de la Física para alcanzar la imaginería popular y la
percepción de la realidad misma, la militancia en contra de la violencia, del
racismo y, sobre todo, de la pérdida de los derechos individuales (que mantuvo
estoicamente incluso en las horas más virulentas de macarthismo), junto a una
iconografía personal muy particular y un carácter bondadoso, han convertido a
Einstein en una leyenda. Quizá la única leyenda científica de todo el siglo XX.