jueves, 29 de noviembre de 2012

Lo Héroes

Los Héroes
Joe Abercrombie

Tras la trilogía “La Primera Ley” y el auto conclusivo “La mejor venganza”, Abercrombie regresa con un nuevo libro para seguir desgranando las historias de la Unión, el Norte y sus pobladores. En esta ocasión el autor ha decidido seguir al pie de la letra una de sus máximas y ha regresado al barro. Ha renunciado a escribir y ha trasladado el desaliño de sus guerreros a su prosa para manufacturar un libro propio de una franquicia.

Tampoco se ha estrujado mucho la sesera nuestro amigo Abercrombie para dibujar los personajes: son los mismos de siempre o trasuntos de ellos, con la salvedad de los nombres de pila y los apodos.

A pesar de todo el libro resulta entretenido y sigue manteniendo algo del encanto de sus predecesores, pero si Abercrombie continua la línea descendente dentro de poco resultará ilegible. No se pueden sostener tantas páginas (¡casi ochocientas!) solo con casquería y frases tan repetidas en novelas anteriores que se han convertido casi en refranes.

sábado, 17 de noviembre de 2012

El jugador


El jugador
Iain M. Banks

Los británicos Iain M. Banks, Peter F. Hamilton y Alastair Reynolds (del más veterano al más joven) son los tres chicos de oro de la “space-opera” actual. Tres estilos diferentes. El de Hamilton es populoso y lleno de meandros. El de Reynolds es quizá el más barroco por la prosa y la concentración de acontecimientos. El de Banks es el más cartesiano, centrado en un solo hilo narrativo en cada novela. Los tres han inventado sendas organizaciones espaciales creadas por una humanidad que se expande por el universo y que interactúa, amistosamente o no, con otras razas.

Leyendo a Banks da la sensación de que su organización (La Cultura) es lo que le gustaría que fuéramos frente, en el caso de esta novela, al Imperio Azad, que se parece bastante a lo que somos en realidad. En “El jugador” el protagonista es precisamente eso: un jugador profesional que termina participando en un juego muy especial que vertebra una civilización ajena a la Cultura.

Como en otras novelas dedicadas al universo de la Cultura Banks nos describe, sobre todo en la primera parte, diferentes aspectos de su utópica ¿y deseada? sociedad. La segunda parte de la novela hace de bisagra, narrando el viaje de nuestro protagonista, y en la tercera y cuarta se produce el contacto con los alienígenas y el desenlace de la trama. Es fascinante la habilidad de Banks para, sin describir apenas ninguna regla o aspecto físico, dotar de personalidad cada uno de los juegos que aparecen en el relato. La parte del león es para el juego Azad, que da nombre al Imperio y da sentido a toda su sociedad.

Y creo que no se puede decir nada más sin desvelar detalles jugosos, importantes y sorprendentes de la trama. Una de las mejores novelas de la Cultura. Leerla ha sido un placer.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Einstein. Su vida y su universo


Einstein
Walter Isaacson

Una nueva biografía de Albert Einstein en castellano, esta vez de la mano del periodista Walter Isaacson, que es autor de otros ensayos biográficos dedicados a Benjamin Franklin, Kissinger y al nuevo Papa Steve Jobs. En general es un trabajo muy bien hecho, muy exacto, que se preocupa de iluminar los aspectos menos populares de la vida y el trabajo del gran científico. Hay abundancia de fuentes y citas y siempre prevalece el rigor sobre cualquier otra consideración, lo que por un lado nos proporciona una semblanza general del personaje y, por otro, impide que el texto levante el vuelo y nos transmita auténtica emoción.

En el aspecto científico recorremos las lecturas, reflexiones y peripecias que le condujeron a ese milagroso año 1905 (efecto fotoeléctrico, movimiento browniano, relatividad especial y equivalencia entre masa y energía), el extenuante camino hasta la relatividad general (1915) y las controversias en torno a la mecánica cuántica que desembocaron en un largo viaje a ninguna parte para tratar de encontrar una teoría que englobase relatividad, gravitación y cuántica.

En lo personal encontramos un Einstein que desde su adolescencia mostró una personalidad rebelde, contraria a dejarse dominar por la autoridad y muy segura de su capacidad intelectual, lo que le condujo en ocasiones a ser jactancioso (como por ejemplo cuando, sin haber realizado aún ninguna investigación, dedicó varias cartas a Boltzmann rebatiendo equivocadamente, algunos de sus trabajos publicados) pero también a lograr sus deslumbrantes descubrimientos. Con la edad el carácter se atemperó y nunca perdió afabilidad ni bonhomía, aunque siempre le costó mantener relaciones normales con sus allegados (hijos y esposas incluidos) hasta el punto que él mismo reconocía encontrar solaz en la investigación frente a la turbulencia de las relaciones humanas.

Isaacson recoge tambien multitud de anécdotas, como la del Senado estadounidense debatiendo la teoría de la relatividad en uno de sus plenos o, ya en la madurez, la llamada del propio Einstein a la Universidad de Princeton haciéndose pasar por  un admirador para que le recordaran la dirección de su casa, que había olvidado.

La dimensión colosal de su trabajo científico, que trasciende el ámbito de la Física para alcanzar la imaginería popular y la percepción de la realidad misma, la militancia en contra de la violencia, del racismo y, sobre todo, de la pérdida de los derechos individuales (que mantuvo estoicamente incluso en las horas más virulentas de macarthismo), junto a una iconografía personal muy particular y un carácter bondadoso, han convertido a Einstein en una leyenda. Quizá la única leyenda científica de todo el siglo XX.