martes, 22 de marzo de 2016

Breve historia de Inglaterra

Breve historia de Inglaterra
G. K. Chesterton

Aunque ya le tenía calado, el título de la obra me hizo esperar algo diferente y piqué. Es el clásico producto “chestertoniano” de prosa cristalina, construcción impecable y completamente arbitrario en el contenido. El autor elige las anécdotas, pasajes y hechos que se ajustan a su punto de vista y desde esos presupuestos elucubra la historia de la Inglaterra que a él le hubiera gustado. Es difícil aprender algo de la historia de esa nación con este libro que, sin embargo, permite conocer bastante bien los puntos de vista del autor sobre diversas cuestiones; algunas relacionadas con la historia inglesa y otras sacadas a colación usando esa historia como excusa.

Es un libro para otro momento.

domingo, 20 de marzo de 2016

El desfiladero de la absolución

El desfiladero de la absolución
Alastair Reynolds

Ya está claro que Reynolds ha escrito una única historia que se desarrolla a través de varios libros salpicada de tramas secundarias que van dando forma a la principal. Esta vez me he pasado y me he puesto con el cuarto demasiado pronto: las pinceladas de Reynolds refrescando acontecimientos anteriores son un rollo cuando los has leído hace poco y te acuerdas de ellos.

En cualquier caso Reynolds es original y va cambiando la estructura narrativa en cada novela. En esta ocasión nos presenta tres historias. Una es la de Quaiche, situada en el año 2615, servidor no demasiado devoto de una extraña reina que se complace en el dolor y descubridor, por obligación, del satélite Hela, que orbita alrededor del gigante gaseoso Haldora el cual presenta la particularidad astronómica de desaparecer del firmamento ocasionalmente durante brevísimos períodos de tiempo. En el mismo lugar, pero en el año 2727, se nos narran las peripecias de Rashmika al embarcarse en la búsqueda de su hermano mayor, que se unió a la iglesia quaicheana (de la que solo sabemos el nombre); una chica muy especial, aficionada a la arqueología y poseedora de un extraño don que le permite saber si alguien miente. Por último, continua la historia de Clavain en el planeta acuático Ararat que sirve de enlace con la entrega anterior (“El arca de la redención”).

Preparar este escenario le lleva a Reynolds casi doscientas páginas ya que se molesta en dar color local a cada una de las tramas, por lo que el comienzo de la novela resulta moroso. Algunos de los protagonistas principales de la saga nos abandonan y otros adquieren relevancia. La historia de Quaiche es demasiado grotesca y cuesta bastante leerla, pero la parte de los inhibidores, cuyo origen accidental descubrimos en esta novela, sigue siendo muy atractiva.

Así que interesante la parte de Clavain y compañía y algo aburridas las historias ambientadas en Hela. Descubrimos datos sobre los inhibidores pero Reynolds introduce una nueva variable, una nueva cultura ancestral, así que esto se va pareciendo cada vez más a la serie “Perdidos”. De todos modos es una buena space-opera, a pesar de que esta vez ha tocado traducción desaliñada de la Factoría (qué manía de escribir “mientras más” en lugar de “cuanto más”).