sábado, 28 de enero de 2023

Sandman. Vidas breves

 


Sandman. Vidas breves
Neil Gaiman

Segundo ómnibus de la lujosa edición de DC. Delirio busca a Destrucción, el hermano perdido, que abandonó su carga hace trescientos años, harto de soportar la aflicción. Sueño la acompaña en la búsqueda, que termina llevándolo ante su abandonado hijo Orfeo.

El Sueño que termina el viaje es bastante diferente al que lo comenzó, menos implacable y menos ajeno al sufrimiento de los demás. Es un cambio muy interesante y ya veremos si Gaiman lo elabora a lo largo de las historias que faltan.


viernes, 20 de enero de 2023

Friday Black


Friday Black
Nana Kwami Adjei-Brenyah

Parece que la ciencia ficción ya es un género asentado y hasta editoriales como Libros del Asteroide le dedican un espacio. Aquí tenemos el debut del neoyorquino Nana Kwami Adjei-Brenyah, que publicó este libro con menos de treinta años.

Una serie de relatos oscuros y perturbadores, llenos de ferocidad, implacables, que buscan el impacto, escritos con diferentes técnicas narrativas. El conjunto es irregular, pero algunos llegan bien adentro; como “Zimmerlandia”, un parque de atracciones en el que los blancos pueden aprender a defenderse de alguien negro; “Los cinco de Frinkelstein”, con dos líneas narrativas en torno a unos niños negros asesinados por un padre blanco que sospecha que pueden actuar violentamente contra él; y el último (“A través del destello”), con la protagonista atrapada en un bucle de tiempo que se repite infinitas veces. Otro muy singular es “La calle Lark”, en el que un padre mantiene una conversación con los fetos de su reciente aborto.

La violencia racial, la discriminación y el consumo como única meta en la vida son los temas recurrentes en todos ellos. Muy interesante. Y es de los libros que no se olvidan.

domingo, 15 de enero de 2023

Sandman. Fábulas y reflejos


Sandman. Fábulas y reflejos
Neil Gaiman

Esta pieza de la serie es diferente a las anteriores. Aquí, en lugar de narrar una historia, Gaiman imaginó una serie de relatos gráficos independientes entre sí. Algunos son muy interesantes, como el Marco Polo de “Lugares blandos”, las dos posibles Roma de “Agosto” o el maravillosamente ambientado “Ramadán”. El mejor es “La canción de Orfeo”, que también es el más extenso; siempre me ha parecido que Gaiman necesita páginas para desarrollar su imaginación.

Hasta el momento es la entrega menos interesante de la serie, aunque sigue siendo entretenida y cuenta con el aliciente de que el estilo del dibujo cambia para cada relato.

martes, 10 de enero de 2023

Vida de Samuel Johnson

 

Vida de Samuel Johnson
James Boswell
 
“Escribir la vida de quien con excelencia sin par ha destacado en la tarea de escribir vidas ajenas, y a quien, en consideración tanto de sus extraordinarias dotes como de sus muy variadas obras, pocos pueden comparársele en época ninguna, es empeño arduo y, por lo que a mí se refiere, quizá pueda tildarse incluso de presuntuoso afán.”
 
Así comienza la que quizá sea la obra fundacional del género biográfico tal y como lo entendemos hoy día. Un maravilloso conjunto de naderías, de retazos de conversaciones, de encuentros, de correspondencia de todo tipo; todo reunido de primera, segunda y hasta tercera mano por Boswell a lo largo de su vida y, en contra de lo que pudiera parecer cuando se lee, reelaborado incansablemente hasta que la Parca se lo llevó.
 
Un Johnson que queda convertido en un personaje casi mítico, pero también lenguaraz, como demuestra su opinión sobre el poderoso Lord Chesterfield:
 
“Una vez manifestada de un modo tan explícito su opinión sobre Lord Chesterfield, Johnson no se abstuvo de expresarse con total libertad: «Creía que este hombre – dijo – había sido un gran señor entre ingenios, pero me temo que pasa de ser un ingenioso entre señores.» Y cuando Su Señoría publicó sus cartas a su hijo natural, Johnson observó que «enseñan la moral de una furcia y los modales de un maestro de danza.»”
 
En 1763 se produce al fin el encuentro en persona entre Boswell y su idolatrado Johnson, que lo relata de esta forma:
 
“Este es para mí un año memorable, pues en él tuve la dicha de conocer a este hombre extraordinario cuyos recuerdos ahora escribo, hecho que siempre he de considerar una de las circunstancias más afortunadas de mi vida.”
 
También nos deja Boswell un Johnson que, como cualquier ser humano, es hijo de su época: “Una mujer que se pone a predicar es como un perro que sabe caminar solo con las patas de atrás. No lo hace nada bien, pero sorprende que lo haga…”.
 
El Johnson místico, pero también el pecador impenitente, poseído en ocasiones por una gula insaciable:
 
“(...) tan voraz era su apetito, y tal la intensidad con que a él se entregaba, que durante el acto de comer se le hinchaban las venas de la frente y era frecuente que sudara de forma copiosa. A quien fuese de sensaciones delicadas, esta actitud tenía que chocar por desagradable, y sin duda era inapropiada en el talante de un filósofo, quien debiera distinguirse por el dominio de sí mismo. (…) Quienes contemplaran con asombro cuánto era capaz de embucharse en cualquier ocasión difícilmente podrían concebir a qué se refería cuando hablaba de hambre”
 
Y así lo reflejaron también otros contemporáneos como John Sharp, que lo acompañó durante su estancia en Cambridge en 1765:
 
“Varias personas gozaron de su compañía durante su última noche en Trinity, donde hacia las doce empezó a ponerse grandilocuente; puso a modo a la pobre señora Macaulay, hasta dejarla monda y lironda, e hizo un brindis en su honor, bebiéndosela en dos lingotazos”
 
Boswell viajó dos años por Europa durante los cuales siguió enviando cartas a Johnson sin que este las respondiera. Hasta 1766, justo antes del regreso de Boswell a Inglaterra, cuando recibió una sentida carta del buen doctor:
 
“Cuanto más vivimos y cuanto más pensamos, mayor es el valor que aprendemos a dar a la amistad y a la ternura de nuestros padre y amigos. Padre y madre no tenemos más que uno y demasiado se promete quien ingresa en la vida contando con hallar muchos amigos.”
 
Y así, entre charlas, críticas y visitas casi diarias a las tabernas londinenses transcurría la relación entre ambos hombres, con algún problema de salud ocasional, como el de 1773, cuando, roído de dolor, el buen Johnson le encasquetó al doctor que le atendía: “Le ruego no me irrite. Espere a que esté mejor, ya me dirá después cómo curarme”.
 
Curiosamente, la primera descripción física de nuestro personaje no aparece hasta el final del libro, cuando Boswell, en un par de páginas, intenta resumir cómo fue su amigo:
 
“Tenía un cuerpo voluminoso y bien formado, y el semblante moldeado de una estatua antigua; ahora bien, su apariencia resultaba extraña y un punto zafia debido a sus acalambramientos convulsos, a las cicatrices dejadas por aquella afección que en tiempos se daba en suponer que tenía cura por el medio del toque de una persona de sangre azul, y debido asimismo a un inevitable desaliño indumentario. (…) Tan mórbido era su temperamento que nunca conoció la natural alegría que produce el uso libre y vigoroso de las extremidades: cuando caminaba, lo hacía con el paso desigual de quien lleva puestos unos grilletes; cuando cabalgaba, no tenía el menor dominio sobre la dirección que emprendiera su montura, y era llevado por el caballo como si viajase en globo.”
 
También recoge Boswell este testimonio, del que no cita la fuente:
 
“Es el individuo más raro y más peculiar que yo haya visto en la vida. Mide un metro ochenta, tiene violentas convulsiones de la cabeza y el cuello, y distorsiona los ojos al mirar. Habla con aspereza, en voz muy alta, y no presta atención a la opinión de nadie, siendo absolutamente pertinaz en las suyas. Mana de su boca el sentido común en todo cuanto dice, y parece poseído de una provisión prodigiosa de conocimientos, que no tiene el menor empacho en comunicar al primero que se le ponga delante, aunque con tal obstinación que da a sus parlamentos un aire falto de gentileza, algo zopenco, desagradable e insatisfactorio. En dos palabras, no hay palabras para describirlo. A menudo parece desatento a lo que suceda en la compañía que le rodea, de pronto parece una persona provista de une espíritu superior. He reflexionado acerca de él desde que lo vi. Es un hombre de genio universal y sorprendente en todos los sentidos, pero en sí mismo es tan peculiar que no hallo la manera de expresarlo.”
 
Ha sido una lectura de muchos años, en pequeñas dosis, y al final asombra la humildad de un Boswell, capaz de todo este trabajo y de este estilo lleno de gracia, que no duda en presentarse a sí mismo como una especie de Sancho Panza; algo que nunca fue. Fabulosa la traducción de Miguel Martínez-Lage; ni cien premios nacionales de traducción le harían justicia.

lunes, 9 de enero de 2023

Una canción para Lya

 

Una canción para Lya
George R. R. Martin
 
Un súper clásico de Martin, que en esta edición incluye unos cuantos relatos más, todos ellos entretenidos pero intrascendentes. La parte del león es la canción de Lya, la búsqueda de la compañía y del amor, la pregunta de si estamos solos o no. El mejor Martin de siempre, con la ciencia ficción mezclada con las preguntas trascendentales.

martes, 3 de enero de 2023

La sombra de los dioses


La sombra de los dioses
John Gwynne

Tres arcos narrativos sostienen esta novela que, naturalmente, es sólo la primera entrega de una trilogía: Varg, hija de un famoso jarl, que busca la gloria del guerrero enrolada en una compañía de mercenarios; Elvar, un esclavo huido acusado de un crimen, que también se une a una compañía de mercenarios y Orka, una guerrera retirada cuyo hijo es raptado por un misterioso grupo.

Los acontecimientos dirigen por diferentes motivos a los tres personajes al salvaje norte, donde los dioses se dieron muerte unos a otros hace un siglo y cuya única presencia en el mundo son sus huesos, portadores de magia para quienes sean capaces de encontrarlos, y su sangre diluida en algunos humanos, ahora perseguidos por corrompidos y portadores de ciertas características animales. Las tres historias confluyen al final de la novela.

Hay una cuidad ambientación vikinga (topónimos, vestimenta, comidas, ritos, costumbres) en la que se mezclan elementos fantásticos, algunos de la tradición eslava (trolls, espíritus, dioses) y otros inventados por el autor. La parte fantástica es la menos interesante, pero imagino que una novela de vikingos no se vende igual de bien. Digna y entretenida.