jueves, 24 de junio de 2021

El leopardo de las nieves

 

El leopardo de las nieves
Sylvain Tesson
 
La proyección de una película sobre el lobo de Abisiania filmada por Vincent Munier fue el inicio de su amistad con Tesson. Con el tiempo, organizaron una expedición al Tíbet para fotografiar al esquivo leopardo de las nieves.
 
Y esa es toda la acción del libro. El resto es el rececho, la espera a la aparición del leopardo, el encuentro con uno mismo. Un libro rápido que trata de cosas lentas. Lleno de citas, de reflexiones y de belleza.
 
“En el calorcito de mi piso, sometido a mis ambiciones electrodomésticas y dedicado a recargar mis pantallas, había renunciado al furor de vivir”

martes, 22 de junio de 2021

Felipe IV y la España de su tiempo

 

Felipe IV y la España de su tiempo
Alain Hugon
 
El Rey Planeta, que era como lo llamaban sus contemporáneos, reinó más de cuarenta años y siguió siendo famoso tras su muerte. Después, el tiempo lo borró de las páginas de la historia y hoy día lo recordamos como un hombre de escaso entendimiento, disipado en placeres y cacerías; un alunado apresado por el puño de Olivares y el responsable del final de las glorias de la monarquía española.
 
En este retrato de Hugon, en el que se accede a la figura del monarca directamente y también a través de las vidas de Olivares y Velázquez, el negro de su biografía queda matizado por muchas luces. El hombre voluptuoso existió, pero junto a alguien dedicado a su tarea, empeñado en leer e informarse de tanto como fuera posible y decidir en consecuencia; prescindió de Olivares cuando la política fiscal del Conde-Duque tensó las relaciones con las diferentes posesiones de la corona; fue un hombre con sensibilidad para el arte, que percibió la colosal valía de Velázquez y muchos otros artistas del momento. También sufrió amargas pérdidas familiares (esposa, hermanos e hijos) y en el final de su reinado se encontró prácticamente sólo y cercado por una coalición de países (Portugal, Francia, Inglaterra, Holanda, Prusia) a los que con las levas e impuestos que recaían principalmente sobre el pequeño reino de Castilla era imposible oponerse.
 
A su muerte las posesiones de la monarquía estaban práctica y milagrosamente intactas, pero el organismo presentaba ya claros signos de descomposición: la inmensidad de los territorios y su heterogeneidad legal impedían una auténtica gestión coordinada, y los rivales, que empezaban a ser numerosos, no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad.
 
Un libro muy interesante sobre un personaje bastante abandonado hoy día. La figura de Velázquez recorre todo el libro; es increíble que consiguiera lo que consiguió vista su obsesión con el ascenso social (en su testamento ni siquiera mencionó su cargo como pintor de la corte, pues era considerado un oficio plebeyo) y sus aplastantes obligaciones como ujier, alguacil, guardarropa, superintendente y aposentador real, que consumían su tiempo y su energía.

sábado, 19 de junio de 2021

Materia

 

Materia
Iain M. Banks
 
Última novela de la Cultura traducida al castellano. Sólo queda un volumen con varios relatos de diferentes épocas y temáticas que el propio Banks recopiló en 1991.
 
Esta vez Banks se decantó por una mezcla de “Inversiones” y “A barlovento”. Partimos de una especie de sociedad medieval, los sardos, que habitan un “mundo concha”, pero que son conscientes de formar parte de un conglomerado de civilizaciones con diferentes grados de desarrollo repartidas por la galaxia. Y será un hallazgo arqueológico de estos sardos lo que los ponga en contacto con la Cultura y con un antiguo habitante del universo cuya raza se consideraba extinguida.
 
Circunstancia Especiales tendrá que darlo todo, una vez más. Sensacional.

miércoles, 16 de junio de 2021

España 1808-1975


España 1808-1975
Raymond Carr

Un clásico del tema, que vio una primera edición en 1968, que llegaba hasta el final de la Guerra Civil, y tuvo después una actualización publicada en 1982 que ampliaba ámbito del ensayo hasta 1975.

Triste historia esta. El cambio imposible de realizar en el XVIII (por la oposición de la Iglesia y los privilegios de la nobleza y una agricultura no modernizada) condujo a un siglo XIX especialmente convulso, lleno de revoluciones y levantamientos provinciales de todo signo (anarquistas, militares, monárquicos, conservadores, religiosos…). Los diversos gobiernos se mostraron incapaces de articular el país, que adoleció de la infraestructura de transporte imprescindible para desarrollar una industria y un comercio razonables (era más barato enviar un kilo de trigo desde Barcelona o Santander a Marsella o Inglaterra que desde Castilla a cualquier punto de Levante). La Guerra Civil fue un levantamiento más, del mismo signo que otros anteriores, pero en esta ocasión sin la intención de deponer las armas después del enfrentamiento militar.

Gran estilo, concisión y claridad de ideas. Al leerlo todo seguido, se da uno cuenta de que la Constitución que tenemos ahora mismo es la única de nuestra historia que no ha surgido del interés de una única tendencia política.

El país de la canela


El país de la canela
William Ospina
 
Continúa Ospina su exploración de la Conquista de América, en este segundo libro, que conecta con el anterior sólo de forma indirecta, tratando con la primera generación de conquistadores, los primos del primer Pizarro, que continuaron la depredación y se vieron envueltos en querellas de sangre y en pleitos tratando de dirimir quién tenía derecho a qué.
 
El protagonista busca reclamar la herencia de su padre, que participó con Pizarro en el saqueo de Cuzco. Pero los años han pasado, las gentes han muerto y no quedan testigos ni amanuenses capaces de dar fe de la justeza de la petición. A cambio, se le ofrece participar en una nueva expedición: los indios cuentan de la existencia de un bosque en el que crecen en abundancia los árboles de la canela. La valiosa especia despierta una vez más la codicia, que conducirá a un batallón de españoles, miles de indios y centenares de llamas y mastines al otro lado de la Cordillera, donde encontrarán el inimaginable Amazonas:
 
Un bosque debe tener ciertas dimensiones para ser la propiedad de un hombre, un país ciertos límites para ser el dominio de un príncipe, un río cierto caudal para ser aprovechado y gobernado. Por encima de esos límites toda región del mundo sólo obedece a sus dioses. Los faraones no intentaron avasallar el desierto, los mongoles no se atrevieron con el Himalaya; Europa puede retacearse en reinos humanos porque es pequeña, un mundo en miniatura, porque allí no hay verdaderos desiertos ni verdaderas selvas, y por ello se ha acostumbrado a llamar bosques a sus jardines y selvas a sus bosques. Lo único verdaderamente salvaje que produce la tierra europea son sus hombres, capaces de torcer ríos y decapitar cordilleras, de hacer retroceder las mareas y de reducir a ceniza sin dolor las ciudades, y sólo por eso hasta quisiera verte midiendo la voluntad de tu sangre con la tuerza del río, el poder de tu brazo con los tentáculos de las arboledas inmensas.
 
Lástima la parte final de la novela, donde se regresa a Europa. Después de la ordalía de la selva es un anti clímax. Aún así, es brillante y está escrita con opulencia. Un banquete.

martes, 1 de junio de 2021

El trampero


El trampero
Vardis Fisher

Este fue el segundo título de la colección Frontera, sin duda aprovechando la fama de la película “Las aventuras de Jeremiah Johnson” de Sydney Pollack, que se rodó a partir de esta novela.

En realidad, son mundos aparte. La película selecciona el material que le interesa de la novela y lo desarrolla de un modo coherente. La novela, por el contrario, es una especie de batiburrillo; por un lado, se idealiza el bucolismo de la vida fuera de la sociedad, usando unas comparaciones musicales de lo más relamidas; mientras que, por otro, se retrata a los indios como animales y ese punto de vista rige las relaciones, siempre violentas, de los tramperos con los indios.

Parece una novela muy documentada (vestimenta, alimentación, geografía) pero no resuelve bien la mezcla de ficción e historia. Los pasajes “musicales” son amanerados y poco inspiradores y hay alguna escena de acción que raya lo grotesco. Es el peor título de la colección de los que he leído.