jueves, 27 de agosto de 2020
El sol. Una biografía
jueves, 13 de agosto de 2020
Tiempo de magos
Tiempo de magos
Wolfram Eilenberger
Lo habitual en los ensayos sobre filosofía es la aridez y, en muchas ocasiones, el aburrimiento. Hasta Russell en su inconclusa historia de la filosofía es más entretenido en los interludios históricos que en la descripción de cada escuela.
Eilenberger ha conseguido lo que
parecía imposible. Ha enmarcado su ensayo entre 1919 y 1929 para seguir la
pista de los cuatro pensadores más influyentes y originales del momento y
Wittgenstein, Heidegger, Benjamin y Cassirer van pasándose el testigo entre
ellos y recorremos sus peripecias vitales junto al discurrir de su pensamiento,
de forma que, por una vez, aparecen naturalmente asociadas las dos facetas de
su humanidad.
La acción comienza en 1929, en Cambridge, por una parte, donde Wittgenstein lee su tesis doctoral ante Bertrand Russel (“No se preocupen, sé que jamás lo entenderán”, les dijo a los examinadores al terminar); y en Davos, en el clímax del enfrentamiento intelectual entre Cassirer y Heidegger. Benjamin, que fue un cabo suelto en casi todos los aspectos de la vida, pulula de una ciudad a otra, de un país a otro, de una relación sentimental a otra.
Y desde ese momento culmen, retrocedemos a 1919 para ver la forja de todas esas ideas y las existencias de nuestros protagonistas que, en cierto modo, igual que sucede con los músicos y los escritores, plasmaron en sus construcciones intelectuales gran parte de su devenir vital.
domingo, 2 de agosto de 2020
El uso de las armas
El uso de las armas
Iain Banks
El primer libro que leí de la saga de la Cultura (que no es una saga, sino un escenario inventado por Banks en el que desarrolló varias novelas) fue “El jugador”, brillante e inolvidable. En realidad, fue la segunda novela del mundo de la Cultura y me gustó tanto que me fui a por la primera para leerlas todas. Pero la primera, “Pensad en Flebas”, pasó sin pena ni gloria y desde entonces han pasado un montón de años hasta que el calor y el agobio me han hecho buscar un lugar al que poder huir.
Así que retomé el mundo Banks con su tercera entrega, que es mejor que la primera, pero no llega a enganchar tanto como la segunda. Lo que sí hizo Banks aquí fue trabajarse una estructura elaborada, en la que parece que la trama importante es la nueva misión del agente Cheradenine Zakalwe de la sección de Circunstancias Especiales. Superpuesta con esa trama hay una segunda que es un flashback de la vida del buen Zakalwe y, al final del libro, ambas confluyen y se desvela el terrible secreto de nuestro hombre.
Es muy entretenido, pero deja la sensación de que todas esas páginas son sólo un “macguffin” construido para el fuego artificial del último capítulo. Aún así se disfruta leyéndola.