El arca de la redención
Alastair Reynolds
Homenaje a la difunta
Factoría de Ideas. Otra que sucumbe a la crisis y a los nuevos
tiempos digitales. Una editorial polémica entre los aficionados por
el desaliño de algunas de sus traducciones y el acabado de sus
libros pero que, esto es indiscutible, aglutinó el mayor catálogo
de ciencia ficción de las editoriales españolas. Adiós a los
malazanos; adiós a Banks, a Hamilton, a Reynolds; adiós a Honor
Harrinton y adiós a las reediciones de los clásicos. Adiós a todo
eso.
Tercera entrega del
universo Reynolds. Como es habitual en la “space opera”,
el prólogo nos sitúa en el nudo de máximo conflicto para luego
pasar a la trama que desarrolla el argumento y confluye en el
prólogo. Los hechos enlazan con los relatados en “Espacio
Revelación”, que leí hace años, así que la presentación
teatral de algunos personajes me ha pasado desapercibida porque no
recordaba quiénes eran y en algún momento me he despistado cuando
se omitían determinadas explicaciones. La verdad es que cuando
empecé con Reynolds pensaba que su espacio revelación era solo un
escenario (a la manera de la Cultura de Banks) en el que el autor
desarrollaría diferentes aventuras, pero después de leer esta
novela la impresión es que hay una única trama que es el hilo
conductor de todos los libros de la saga.
La idea más seductora,
como en la primera entrega, es la raza de los inhibidores, dedicada
durante miles de millones de años a exterminar cualquier raza
inteligente del universo para evitar un mal aún mayor que acaecerá
en un futuro muy lejano. En esta entrega Reynolds pone en contacto a
los temibles inhibidores (los lobos) con las diferentes facciones
humanas que ya conocíamos. Una parte del argumento queda cerrada y
otra abierta de forma que la lectura continua.
Habrá que dejar pasar
menos tiempo entre un libro y otro para no perder comba.
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