viernes, 19 de febrero de 2016

El arca de la redención

El arca de la redención
Alastair Reynolds

Homenaje a la difunta Factoría de Ideas. Otra que sucumbe a la crisis y a los nuevos tiempos digitales. Una editorial polémica entre los aficionados por el desaliño de algunas de sus traducciones y el acabado de sus libros pero que, esto es indiscutible, aglutinó el mayor catálogo de ciencia ficción de las editoriales españolas. Adiós a los malazanos; adiós a Banks, a Hamilton, a Reynolds; adiós a Honor Harrinton y adiós a las reediciones de los clásicos. Adiós a todo eso.

Tercera entrega del universo Reynolds. Como es habitual en la “space opera”, el prólogo nos sitúa en el nudo de máximo conflicto para luego pasar a la trama que desarrolla el argumento y confluye en el prólogo. Los hechos enlazan con los relatados en “Espacio Revelación”, que leí hace años, así que la presentación teatral de algunos personajes me ha pasado desapercibida porque no recordaba quiénes eran y en algún momento me he despistado cuando se omitían determinadas explicaciones. La verdad es que cuando empecé con Reynolds pensaba que su espacio revelación era solo un escenario (a la manera de la Cultura de Banks) en el que el autor desarrollaría diferentes aventuras, pero después de leer esta novela la impresión es que hay una única trama que es el hilo conductor de todos los libros de la saga.

La idea más seductora, como en la primera entrega, es la raza de los inhibidores, dedicada durante miles de millones de años a exterminar cualquier raza inteligente del universo para evitar un mal aún mayor que acaecerá en un futuro muy lejano. En esta entrega Reynolds pone en contacto a los temibles inhibidores (los lobos) con las diferentes facciones humanas que ya conocíamos. Una parte del argumento queda cerrada y otra abierta de forma que la lectura continua.

Habrá que dejar pasar menos tiempo entre un libro y otro para no perder comba.

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