Richelieu y Olivares
John H. Elliott
Un vidas paralelas de los dos
gigantes de la política europea de comienzos del XVII. Como dice el propio
Elliott, un Wimbledon disputado palmo a palmo entre los dos estadistas poniendo
en juego los recursos de las dos naciones para, primero, tratar de renovarlas
y, segundo, prevalecer sobre su rival directo. Richelieu murió con sus
políticas aceptadas por los que las habían denostado durante su vida; Olivares
fue cesado e inmediatamente vilipendiado por los que lo habían idolatrado
durante su esplendor. A Richelieu lo siguieron Mazarino y Luis XIV; a Olivares
la ruina económica y militar. El cardenal-duque se impuso al conde-duque. Incluso
en el aspecto bibliográfico, Richelieu goza de centenares de estudios y
Olivares, hasta Marañón y el propio Elliott, yacía olvidado; incluso tuvo la
mala suerte póstuma de que un incendio devorase la mayor parte de su archivo.
Como señala Elliott, estos avatares han legado a la posteridad una figura
distorsionada de ambos: el infalible y calculador Richelieu frente al
sobrepasado y poco previsor Olivares. En realidad, el partido estuvo disputado
hasta el final y cualquiera podría haber ganado. Pero la historia la escriben
solo los vencedores.
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