La edad de los prodigios
Richard Holmes
Un recorrido por la ciencia (y
también por la poesía) de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX; esa época
efímera, pero de influencia perdurable, llamada Romanticismo. El libro está
centrado en la ciencia inglesa, lo que es una pena, aunque no se regatean
méritos a los foráneos y nunca se pierde el contexto europeo.
Holmes compone diferentes
relatos, más o menos hilvanados por la figura de Joseph Banks, botánico
aventurero y etnógrafo, que además presidió la Royal Society durante más de
cuatro décadas y demostró ser un gran descubridor de talentos: Herschel, Davy,
Trumbo… Todos ellos tienen su sitio en el relato de Holmes, así como sus vínculos
con Byron, Schelley, Coledrige o Wordsworth.
Las expediciones africanas y oceánicas,
la exploración del universo profundo, la comprensión del electromagnetismo, los primeros
vuelos en globo, las primeras reflexiones exhaustivas sobre la relación entre
la ciencia y otras facetas del pensamiento humano y las proféticas palabras del
escritor Horace Walpole al conocer el vuelo de los hermanos Montgolfier:
“El magro juicio del hombre
siempre estudia cómo aplicar lo que resulta de su talento para esclavizar,
destruir o engañar a sus congéneres. Si alcanzásemos la luna, pensaríamos en
reducirla a una provincia de algún reino europeo”
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