La quinta estación
N. K. Jemisin
Trilogía agasajada con tres Hugos
consecutivos, a uno por libro, y finalista del resto de galardones de prestigio
del género. Así que había que echarle un tiento.
La verdad es que ofrece
originalidad y consistencia y además interesa lo que cuenta. Y esa es una combinación
rara y valiosa. El libro es inclasificable; reúne temáticas y enfoques de muchos
tipos pero logra unicidad.
Se nos cuenta, desde tres
historias que parecen diferentes pero que están relacionadas, la agonía (en
principio por motivos desconocidos) del continente Quietud. En él conviven, de
un modo forzado, humanos normales, orogenes, capaces de utilizar y alterar la
orogenia terrestre, comepiedras, que son una incógnita y Guardianes, encargados
de controlar la raza de los orogenes. El Fulcro es la institución que entrena a
los Guardianes y controla a la población de orogenes.
Las historias de Essum,
desahuciada por su condición de orogén, la de la niña Damaya, orogén repudiada
por su familia y recogida por un Guardián para ser entrenada en el Fulcro y la
orogén tetranillada Sienita, enviada a una misión para reparar el puerto de una
comunidad costera, se van intercalando y al final resultan ser una misma baraja
que Jemisin utiliza para describir la sociedad de Quietud.
Este primer libro queda completamente abierto, por lo que habrá que leer el
resto para conocer la historia. Gran lectura. Ha dejado el listón muy alto y el
vicio de hacer trilogías suele terminar en continuaciones mediocres. Ojalá esta
vez no sea así.
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