lunes, 8 de febrero de 2021

Orgullo y prejuicio

 

Orgullo y prejuicio
Jane Austen
 
Austen es de las pocas escritoras anteriores al siglo XX que no ha desaparecido en el río del tiempo y sigue siendo leída y apreciada más de doscientos años después de su muerte. Incluso, desde la década de los noventa del siglo pasado, ha conocido un renacimiento de la mano del cine. Está claro que es un clásico y que su enfoque de personajes verosímiles pero reacios al encasillamiento en clases sociales estancas típico de la época, junto a su resistencia al papel subordinado y sin formación académica de la mujer, fueron pioneros y hoy día siguen despertando interés y empatía.
 
En esta novela se cuentan las correrías de la segunda hija de una familia de clase media. El resto de las féminas de la novela en edad de merecer están centradas en la búsqueda de una pareja de la que nebulosamente se desea que proporcione felicidad y estabilidad económica. Por lo tanto, los personajes femeninos, excepto Elizabeth, son bastante primarios en sus aspiraciones; sólo ella encarna el que quizá fuera el ideal de mujer de Austen. Los personajes masculinos son más variados, aunque siempre ocupan el segundo plano de la narración (Darcy es el que posee más relieve y mención especial a la facundia del padre de Elizabeth). Las clases altas son representadas ridículamente altivas y orgullosas pero carentes de méritos propios.
 
En definitiva, una novela elegante que seguramente retrate muy bien cierta parte de la sociedad de la época y bajo mi punto de vista nada más. El final tiende a la novela rosa y muchos momentos son de una cursilería considerable, aunque siempre está bien escrita y es entretenida.

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