El Ministerio del Futuro
Kim Stanley Robinson
Como ya le sucedió en su afamada trilogía de Marte, Stanley Robinson peca de prolijo; se enreda en una miríada de detalles técnicos, burocráticos y hasta legales que, a partir de un momento, dejan de ser literatura y se convierten en una especie de enciclopedia. Y como tampoco es un escritor estiloso, el resultado no tiene garbo de ninguna clase.
Aquí nos describe un Ministerio fundado para proteger a los seres humanos de los problemas que el futuro pueda traer. El protagonista es el cambio climático y Kim nos bombardea con toneladas de datos referidos a emisiones de CO2, kilowatios de energía o distribuciones de radiación, lo que resulta educativo pero difícilmente clasificable como narrativa; por no hablar de unos personajes de cartón piedra que parecen más un decorado que otra cosa.
Abandonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario