jueves, 15 de noviembre de 2012

Einstein. Su vida y su universo


Einstein
Walter Isaacson

Una nueva biografía de Albert Einstein en castellano, esta vez de la mano del periodista Walter Isaacson, que es autor de otros ensayos biográficos dedicados a Benjamin Franklin, Kissinger y al nuevo Papa Steve Jobs. En general es un trabajo muy bien hecho, muy exacto, que se preocupa de iluminar los aspectos menos populares de la vida y el trabajo del gran científico. Hay abundancia de fuentes y citas y siempre prevalece el rigor sobre cualquier otra consideración, lo que por un lado nos proporciona una semblanza general del personaje y, por otro, impide que el texto levante el vuelo y nos transmita auténtica emoción.

En el aspecto científico recorremos las lecturas, reflexiones y peripecias que le condujeron a ese milagroso año 1905 (efecto fotoeléctrico, movimiento browniano, relatividad especial y equivalencia entre masa y energía), el extenuante camino hasta la relatividad general (1915) y las controversias en torno a la mecánica cuántica que desembocaron en un largo viaje a ninguna parte para tratar de encontrar una teoría que englobase relatividad, gravitación y cuántica.

En lo personal encontramos un Einstein que desde su adolescencia mostró una personalidad rebelde, contraria a dejarse dominar por la autoridad y muy segura de su capacidad intelectual, lo que le condujo en ocasiones a ser jactancioso (como por ejemplo cuando, sin haber realizado aún ninguna investigación, dedicó varias cartas a Boltzmann rebatiendo equivocadamente, algunos de sus trabajos publicados) pero también a lograr sus deslumbrantes descubrimientos. Con la edad el carácter se atemperó y nunca perdió afabilidad ni bonhomía, aunque siempre le costó mantener relaciones normales con sus allegados (hijos y esposas incluidos) hasta el punto que él mismo reconocía encontrar solaz en la investigación frente a la turbulencia de las relaciones humanas.

Isaacson recoge tambien multitud de anécdotas, como la del Senado estadounidense debatiendo la teoría de la relatividad en uno de sus plenos o, ya en la madurez, la llamada del propio Einstein a la Universidad de Princeton haciéndose pasar por  un admirador para que le recordaran la dirección de su casa, que había olvidado.

La dimensión colosal de su trabajo científico, que trasciende el ámbito de la Física para alcanzar la imaginería popular y la percepción de la realidad misma, la militancia en contra de la violencia, del racismo y, sobre todo, de la pérdida de los derechos individuales (que mantuvo estoicamente incluso en las horas más virulentas de macarthismo), junto a una iconografía personal muy particular y un carácter bondadoso, han convertido a Einstein en una leyenda. Quizá la única leyenda científica de todo el siglo XX.

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