Putting the record straight
John Culshaw
La autobriografía del productor
que llevó a Decca al puesto de privilegio que aún ocupa entre los sellos
dedicados a la clásica. Culshaw nos ahorra su niñez y en la primera línea del
libro se sitúa en Londres, un domingo, reproduciendo el trayecto en metro que
repetirá al día siguiente para ir de su alojamiento a su primer puesto de
trabajo serio: el último mono del entonces secundario y poco prestigioso sello
discográfico Decca.
La verdad es que el currículo de
Culshaw y esas primeras líneas prometían un viaje apasionante pero al final el
único viaje es el que hacemos durante el servicio militar de Culshaw en la RAF,
donde terminó de operador de radar sin haber pilotado ni un avión.
Todo lo demás es un trabajoso
menudeo de líos de empresa entre personas irrelevantes para nosotros,
comentarios sobre contratos y las dificultades para firmarlos y apariciones
estelares de los nombres de los músicos que grabaron con él en aquellos años dorados.
Pero una vez finalizado el libro, no sabemos nada de cómo era un día de
grabación, cómo se decidían los emplazamientos de los micrófonos, con qué criterios
se elegían el repertorio y los intérpretes o cómo eran esos intérpretes en el
estudio.
De propina hay alguna buena anécdota, como el “¿de dónde ha salido este cowboy?” de Karajan durante la grabación
de Aida refiriéndose a MacNeil, que al parecer era poco sutil y no atendía a
las indicaciones. Poco más.
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