Beethoven
Jan
Swafford
De vez
en cuando nos llevamos una alegría y se traducen libros importantes sobre
música. En esta ocasión la imponente biografía de Swafford sobre Beethoven.
Como ya nos avisa en el prólogo, no hay que esperar ninguna novedad (algo
lógico tratándose de un músico sobre el que se ha escrito todo lo escribible incluso
cuando aún vivía); el trabajo de Swafford es un compendio de las grandes obras
escritas sobre el sordo de Bonn y una aproximación a su legado musical.
Un
ejemplo de la racionalidad del trabajo de Swafford, es la explicación que da
sobre las primera obras publicadas de Beethoven (el primer autor de la historia
al que se publicó desde sus comienzos hasta el final de su labor): los tríos y
las sonatas para violonchelo y piano; agrupaciones elegidas para evitar la
competencia editorial con Mozart (la leyenda recién desaparecida) y Haydn (el
mito viviente aún en activo), que habían escrito poco o nada para esa
combinación de instrumentos.
Para situar
al joven Beethoven, del que se saben pocas cosas, Swafford dedica bastante
espacio a la época en la que el músico nació y se educó y que le marcó para
siempre: la Ilustración, el Strurm und
drag, los Ilumminati y la masonería; la fuerza de la razón, el ideal de la
belleza y los sentimientos de fraternidad hacia el resto de los hombres. Ejes
cardinales de su vida y obra.
Después,
el traslado a Viena; el aprendizaje; la relación con Haydn, en quien siempre
vio a un rival y con el que tuvo un trato bastante miserable (en general nunca supo
cómo comportarse con la gente); los éxitos enormes como virtuoso del piano y la
notoriedad como compositor hasta llegar al aldabonazo colosal de la Heroica y
el nuevo camino. La indagación infinita en su arte, su imaginación inconcebible,
su incapacidad para las relaciones personales, los años de sequía debidos a la
enfermedad y al litigio por su sobrino, de quien también sería incapaz de
ocuparse y, finalmente, el último prodigio creativo: las últimas sonatas y
cuartetos, la Missa Solemnis y la Novena
sinfonía. El paso a la inmortalidad en vida, el semidiós de la música, el espejo
en el que se miró todo el Romanticismo y que elevó al hombre a los altares
divinos del arte; un hombre que jamás se consideró a sí mismo romántico.
Un libro sensacional que separa el grano de la paja,
pone en perspectiva a la música y a la persona y se olvida de los mitos, lo que
confiere más peso aún al inconcebible legado artístico de Beethoven.
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