Historia crítica de la
arquitectura moderna
Kenneth Frampton
Un clásico que se editó por
primera vez en 1980 y cuya última actualización es de 2007. Un recorrido por la
arquitectura del siglo XX de la mano de un estudioso del tema, que sigue vivo y
en activo participando en charlas y conferencias a sus noventa añitos.
Frampton estructura el ensayo en
tres partes. La primera es una introducción a los cambios demográficos,
tecnológicos y culturales que anticiparon la aparición de las formas
arquitectónicas del siglo pasado. La industrialización, que provocó el
incremento del tamaño de las ciudades, movimientos demográficos y la aparición
de nuevas técnicas e inventos (el ascensor, el hierro forjado y el acero, el
ferrocarril), condujo a una profunda reflexión acerca de cómo debían
estructurarse las ciudades. Las ampliaciones de París y Barcelona; las ideas de
Arturo Soria sobre una ciudad lineal, distribuida a lo largo de una única
avenida de 500 metros de ancho que facilitara la comunicación y la movilidad; y
los proyectos urbanísticos en Inglaterra, Francia y Estados Unidos
desarrollados por industriales para conciliar la actividad empresarial con la
vida doméstica, fueron el preludio de lo que terminarían siendo los desarrollos
arquitectónicos del siglo XX.
La segunda parte abarca un enorme
espacio de tiempo (1836-1967), que avanza cronológicamente dedicando cada
capítulo a arquitectos y escuelas de distintos países. Desfilan por aquí los
insulsos ingleses de comienzos de siglo con su ruralismo y su localismo, el
racionalismo francés, la audacia orgánica de Gaudí o los hallazgos para
combinar ingeniería y arquitectura de los primeros rascacielos. Le Corbusier y Mies
van der Rohe atraviesan todo este período y proyectan su sombra hasta nuestros
días.
La última parte es una ampliación
hasta 2007 y, en sus últimas secciones, que tratan de cubrir las fechas más
recientes, el ensayo pierde la rigurosa articulación que mantenía hasta ese
momento; y se cae un poco en la acumulación de nombres y edificios destacados.
El último capítulo, muy interesante, intenta agrupar en torno a diversos
conceptos las principales preocupaciones de la arquitectura durante el final
del siglo XX y el comienzo del XXI; una de las cuales es la sostenibilidad:
“El material de construcción
con menor energía incorporada es la madera, con unos 640 Kw/h, por tonelada. De
ahí que el material de construcción más ecológico sea la madera procedente de
bosques gestionados de manera sostenible. El ladrillo es el segundo material
con menos cantidad de energía incorporada, 4 veces la de la madera; y luego
vienen el hormigón (5 veces), el plástico (6), el vidrio (14), el acero (24) y
el aluminio (126). Un edificio con alta proporción de componentes de aluminio
difícilmente puede ser ecológico cuando se lo considera desde la perspectiva
del coste del ciclo de vida total, no importa lo energéticamente eficiente que
pueda ser (Peter Buchanan)”
El entorno construido supone un
40% del total del consumo energético del mundo desarrollado. No parece que nos
importe demasiado.
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