Buena suerte
Nickolas Butler
Aquí no hay nada que no sea convencional. La prosa es corriente y moliente; también la estructura lineal clásica de la novela. Los personajes no tienen nada de particular y la historia, el encargo a unos amigos para finalizar la construcción de una casa en un plazo aparentemente imposible, es una más.
Con esos mimbres Butler escarba
en las miserias del ser humano y en lo absurdo de la vida concebida como
acumulación de posesiones. Ni es nuevo ni de lejos es el que mejor lo hace. Sin
embargo, leerle es entretenido.
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