jueves, 6 de abril de 2023

Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos

 

Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos
Emmanuel Carrère

Como Echenoz, Carrère cultiva ese género escurridizo que se mueve entre la ficción y la realidad y que, en ocasiones, nos acerca más al sujeto en observación que una recopilación sistemática de datos y testimonios.

Como promete el subtítulo, esto es un viaje a la mente de Philip K. Dick. No sé qué pensaría Dick de un texto como este, si lo sentiría próximo a su realidad (a lo que él considerase como realidad en el momento de leerlo) o no, pero la sensación es que el relato logra llegar al destino de su viaje.

El viaje de un niño abandonado por el padre, que pierde a su hermana gemela (siempre presente en su vida indirectamente), inadaptado, preso de las drogas durante más de veinte años y siempre encaprichado de alguna mujer, de la que sólo buscaba que lo acompañase cuando él la necesitara sin preocuparse de las necesidades de ella; un hombre inteligente y culto de gran imaginación, insatisfecho con el mundo y con una relación problemática con la realidad, de la que siempre sospechó que estaba manipulada por algún agente externo que la utilizaba para instrumentalizar nuestras vidas.

Un cóctel explosivo que condujo a una vida corta y errática que se plasmó en novelas sorprendentes, llenas de ideas inquietantes, pero de factura irregular, con tramas deshilachadas y personajes planos. Dick vivió su único momento de esplendor en vida tras el estreno de Blade runner, y el culto a su obra floreció después de su muerte.

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