Música, sólo música
Haruki Murakami
Aunque en el título figuran como autores Murakami y Seiji Ozawa, lo cierto es que en estas conversaciones que tuvieron lugar entre 2010 y 2011, cuando Ozawa ya estaba enfermo pero aún conservaba la memoria, el que lleva la voz cantante es el escritor. Si no fuera por él, el libro habría quedado vacío exceptuando la sección dedicada a la enseñanza musical, en la que Ozawa se vuelve locuaz.
En lo que a las cuestiones musicales se refiere, Ozawa sólo parece interesado en la partitura y, si reflexionó más allá del papel pautado, no lo trasluce. Como la mayoría de los músicos profesionales, también demuestra un gran desconocimiento de la discografía; quizá cuando la vida de uno orbita en torno a la música lo último que desea cuando llega a casa es ponerse discos.
Un libro agradable que no aporta demasiado. Hay alguna sorpresa (a ninguno de los dos les gusta la grabación de Bernstein y Serkin del tercer concierto para piano de Beethoven) y en general se sale del libro sin saber más del pensamiento musical de Ozawa que antes de haberlo leído.
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