miércoles, 31 de octubre de 2012

Que el vasto mundo siga girando

Que el vasto mundo siga girando
Colum McCann

Llegué a esta novela, a priori una más de las que pueblan fugazmente las mesas de novedades de las librerías, por casualidad. Un autor desconocido para mí, ninguna referencia previa sobre el libro y una colección (RBA Narrativas) con la que habitualmente no sintonizo. Sin embargo, después de leer alguna página al azar, decidí comprar el libro.

El leit motiv de la novela es el paseo que se dio el funambulista Philippe Petit entre las Torres Gemelas el siete de agosto de 1974. Todas las historias del relato tienen contacto con ese hecho, que sirve como amalgama aunque en sí mismo no reviste importancia. De hecho, el libro de McCann es en realidad una especie de colmena en la que cada uno de los personajes recorre su propio camino. Finalmente todos ellos terminan teniendo algún vínculo fugaz e irrelevante, pero el desarrollo de la novela está tan conseguido que revive perfectamente la sensación de azar, de encuentro fortuito ocasionado por lo imprevisible de la vida.

De las diversas vidas que cuenta la novela, la primera de ellas, la de los dos hermanos irlandeses, es la que me parece más floja. Es muy radical y el personaje principal, que es en cierto modo el detonante de todo lo que sabremos después, resulta poco creíble y muy forzado. Es el único borrón en la historia porque el dibujo de todos los demás protagonistas es vívivido y muy humano. Resultan especialmente conmovedoras las autobiografías de una de las prostitutas, la del juez y la de una de las madres que perdieron a sus hijos en Vietnam. Y todo en una prosa muy cuidada, con muchos registros diferentes que se adaptan a cada personaje y cada situación.

En definitiva, una lectura placentera que emociona. Y otro de esos libros que se olvidarán, que no tendrán suerte con las ventas, que pasarán desapercibidos. Misterios del mundo editorial.

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