Cuentos
completos
Robert
Louis Stevenson
Varios
años después, al fin he terminado la lectura los cuentos de Mr. Robert Louis.
No escribió muchos pero tampoco tuvo demasiados años para hacerlo. Al haber
sido una lectura tan espaciada, cuesta fijar una imagen pero la sensación final
es la de un conjunto irregular salvo en la factura de la prosa: todos los
cuentos de Stevenson están, como mínimo, muy bien escritos; y eso que los
primeros se los publicaron con catorce añitos. Por ejemplo, esta muestra de “La providencia y la guitarra”:
"Cuando
llevaba gabán, no se dignaba a meter los brazos por las mangas: lo sujetaba con
un único botón sobre los hombros cuando lo echaba hacia atrás a la manera de
una capa, y lo lucía con el ademán y la presencia de un Almaviva. Soy de la
opinión de que monsieur Berthelini rondaba la cuarentena. Pero, glorificado con
aquellas galas, tenía un corazón de niño e iba por la vida como un muchacho en
plena interpretación dramática."
En
general en todos ellos hay un trasfondo moral; una preocupación por el alma y el
torrente de los sentimientos, que en muchas ocasiones nos empujan a decisiones
precipitadas. Por anotar algunos de mis preferidos, me pareció muy bueno “Los
juerguistas”, crepuscular y marinero; y también “El tesoro de Franchard”, humano y encantador. De “El pabellón de las dunas”, muchos años
descatalogado, esperaba más.
Pero la
magia auténtica comienza en “Cuentos de
las noches en las islas”. “La playa
de Falesá”, que trata sobre la manipulación de las mentes; “El diablo en la botella”, sobre los
deseos materiales, con una escalada de tensión reguladísima; “La isla de las voces”, llena de una fantasía
terrible… Manjares irrepetibles.
Mención aparte para las acuarelas que ilustran el libro,
despojándolo de cualquier rasgo infantil.
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