Irène
Pierre Lemaitre
Pensando por qué leo poca novela
negra he llegado a la conclusión de que se debe a que todas me parecen muy
similares: o se basan en una trama intrincada, o en un protagonista carismático
por algún motivo o en una combinación de ambas. Y el resto me suele parecer
relleno. Aún así es un género entretenido y de vez en cuando hay que cambiar y
renovarse.
Así que me he puesto con el ciclo
dedicado al inspector Camille Verhoeven, serio, dinámico, agudo… y bajito (1.45
de estatura). Como personaje, me ha resultado más atrayente su ayudante Louis y
el conjunto del equipo policíaco con el que trabaja en este caso. Naturalmente,
los asesinatos son terroríficos; en esta ocasión inspirados en obras del género
y utilizados por el asesino para escribir una novela basada en su propio caso.
Desenlace tremendo, bien hecha – aunque de prosa sumaria pero eficaz – y diferente
a lo habitual. Seguiré con el inspector.
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