La tabla periódica
Hugh Aldersey-Williams
Un recorrido originalísimo,
histórico y cultural, pero también científico, por los elementos de la tabla
periódica. Un planteamiento refrescante y un libro muy enriquecedor.
El oro de los galeones españoles,
pero también el de los tónicos para la salud del siglo XVIII; el platino y sus
idas y venidas en la apreciación popular como metal de lujo; el extraño anuncio
del descubrimiento del paladio; la decantación de fósforo realizada por el
autor siguiendo las instrucciones de Hooke; el descubrimiento de los alógenos,
incluida la polémica en Estados Unidos sobre si fluorar el agua o no
Entre medias, visitas a los
coleccionistas de elementos o a la vida de Mendeléyev, recorridos por las
recetas de los alquimistas para separar ciertos elementos y gran cantidad de
citas literarias y pictóricas.
Me ha llamado la atención algún
error corregido por el traductor como, por ejemplo, en la página 174, “el químico Gay-Lussac propuso el nombre de
yodo por analogía con cloro”, rectificado por el traductor en una nota a
pie de página: “en realidad, el nombre
deriva del término griego para violeta, iodes”.
Muy interesante.
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