El infinito en un junco
Irene Vallejo
Así comienza el bello ensayo de Irene Vallejo, que va desde los orígenes de la escritura y del libro como objeto hasta el final del Imperio romano, viajando siempre entre el pasado y el presente, anudando nuestra visión con la del pasado mediante ese objeto milenario que es el libro.
En la parte dedicada a Roma
pierden presencia los temas históricos y aparecen con más frecuencia las
cuestiones de actualidad, por lo que el ensayo pierde algo de brío e interés. En
cualquier caso, es muy entretenido, tiene pasajes muy hermosos y acumula enormes
cantidades de datos, citas y curiosidades poco conocidas. Como ésta:
¿Qué?
¿Todavía escucháis a
Mendelssohn?
¿Todavía recogéis margaritas?
¿Todavía celebráis los
cumpleaños de los niños?
¿Todavía ponéis nombres de poetas a las calles?
Y
a mí, en los años setenta de dos siglos atrás, me aseguraban que los tiempos de
la poesía habían pasado, al igual que el juego de las prendas, o leer las
estrellas, o los bailes en casa de los Rostov
¡Y yo, tonto, casi lo creí!
Izet Sarajlc: “Carta al año 2176”
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