Los
amigos de Eddie Coyle
George
V. Higgins
Esta
semana ha tocado una incursión en la novela negra, que es uno de los
géneros que menos frecuento. Parece que este título es uno de sus
clásicos y supuso un punto de inflexión en cuanto a estilo. Un
libro breve que además, por el modo en que está escrito, pasa como
una exhalación ante nuestros ojos.
Nada
de descripciones. Nada de disecciones psicológicas. Nada de ponernos
en situación. Todo son diálogos. Es una novela completamente
cinematográfica, dura, pero también sarcástica, en la que los
personajes no dramatizan sus situaciones personales: son consecuentes
con sus modos de vida y asumen lo que conllevan.
Para
mí, un gran desccubrimiento.
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