Las campañas de Napoleón
David Chandler
Un ensayo de más de mil
páginas consagrado al análisis minucioso de la trayectoria militar
de Napoleón Bonaparte desde sus años de formación hasta su final
en Waterloo. El libro obviamente se centra en la descripción de sus
diferentes campañas militares y las batallas que tuvieron lugar,
pero también contiene breves interludios en los que se analizan de
forma muy concisa las situaciones políticas que fueron originando
los conflictos y las consecuencias que tuvieron los mismos en el mapa
europeo de la distribución del poder.
Tratándose de un libro
tan prolijo, en él podemos encontrar todo tipo de información:
logística, notas de campaña, extractos del diario de la Grande
Armée, fragmentos de conversaciones entre los diferentes
protagonistas de los sucesos... También se incluyen curiosidades
como, por ejemplo, la técnica del ejército prusiano para estudiar
la efectividad de sus mosquetes: desplegaban una lona de tela con la
altura media de un soldado de la época y la longitud de un cuadro de
infantería y la iban aproximando a una hilera de mosquetes que
hacían fuego sobre ella para determinar la distancia a la que el
arma resultaba más eficaz.
Respecto al gran
protagonista de esa etapa de la historia de Europa, queda reflejado
en sus virtudes (genialidad militar, capacidad para mantener la
sangre fría en momentos difíciles, un emprendedor de grandes
reformas civiles, etc.) y en sus defectos (oportunista, insensible
hacia los padecimientos de sus soldados, megalómano, incapaz para la
diplomacia...). Se percibe también el cambio en la personalidad de
Napoleón conforme se fueron acumulando los triunfos; un cambio que
fue haciéndole cada vez más ajeno a la realidad de manera que llegó
a confundir lo que imaginaba con lo que realmente sucedía.
En resumen, veinte años
de guerras continuas a lo largo y ancho de toda Europa de las que no
se libró ninguna nación europea de la época que terminaron con
centenares de miles muertos, una Francia agotada, una Inglaterra con
el mismo papel preponderante que antes de comenzar el conflicto, un
naciente nacionalismo alemán, un intento (un tanto ficticio) de
restaurar el “orden” anterior a la revolución y Austria y Rusia
en la misma situación de estancamiento que ya conocían.
Cuentan que al terminar
la batalla de Eylau, que fue particularmente encarnizada y
sangrienta, el mariscal Ney, al recorrer el campo de batalla donde se
apiñaban cadáveres y moribundos entre el lodo y el hielo, exclamó:
¡Qué masacre! ¡Y sin resultado!.
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