Intemperie
Jesús
Carrasco
Tanto
se ha hablado del libro de marras, que al final me he sentido
empujado a leerlo. Algo que hago cada vez menos: leer novedades,
especialmente si están muy publicitadas y cuentan con muchos
elogios. Sin embargo, lo que habitualmente termina en frustración,
por pérdida de tiempo, esta vez ha sido una sorpresa y un placer.
En
cuanto se empieza a leer, el nombre de Miguel Delibes ronda por
nuestra cabeza: la meseta, la dureza de sus condiciones, la pobreza
de sus gentes, la resignación ante sus desdichas. También la prosa,
muy cuidada, recuerda a la del vallisoletano; pero aquí, al
contrario que con Delibes, se percibe parte del esfuerzo realizado
para encontrar las palabras y encajar la oraciones. Los personajes
tampoco tienen la humanidad y el fondo con que los dotaba el maestro
y son más bien recipientes pasivos que van acumulando desgracias y
calamidades.
Hasta
ahí los peros, que son pocos para una primera obra de un escritor
novel. Lo demás es bueno y en ocasiones hasta excelente y conforma
un libro intenso que se disfruta y se lee con placer, que no deja al
lector al margen de lo que cuenta. Y desde luego barre de un plumazo
a los Mallo, Zafón, Maruja Torres y demás plumillas del panorama
editorial actual.
Ojalá
haya nacido otro grande.
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