jueves, 7 de noviembre de 2013

Fútbol. Dinámica de lo impensado

Fútbol. Dinámica de lo impensado
Dante Panzeri

Un libro publicado en 1967 en Argentina que nunca se editó en España y que se convirtió en un mito de la defensa del fútbol-espectáculo frente al fútbol-fuerza. El autor fue un combativo periodista argentino que se vio incluso envuelto en más de setenta pleitos ante los tribunales (de los que solo perdió uno) debido a sus viscerales opiniones.

Con estos antecedentes mis expectativas eran altas. Sin embargo, me llevado una decepción. Para empezar, la redacción del texto es extraña; en ocasiones casi descuidada, con frases deshilvanadas y párrafos de una sola línea más propios del lenguaje oral que de un ensayo. Además, como lector español me he encontrado con la dificultad añadida de los abundantes argentinismos y con el hecho de que se emplean muchas palabras para designar lances del juego y demarcaciones que hoy día están fuera de uso.

El objetivo de Panzeri es demostrar que el exceso de pizarra destruye el juego y que el fútbol entendido como preponderancia de la táctica y la fuerza física sobre el engaño y la pelota es un equivocación, una especie de anti-juego. Para argumentar sus opiniones Panzeri utiliza multitud de referencias a equipos y jugadores que, salvo para conocedores de la historia del deporte, son en su mayoría nombres sin contenido al referirse a profesionales que estuvieron en activo durante los años treinta y cuarenta del siglo veinte (el jugador contemporáneo que cita como expresión más depurada de lo que él considera buen fútbol es Pelé). Para explicar por qué el juego artístico se va viendo desplazado por el táctico emplea una serie de argumentos sociológicos (según él el acceso a una mejor educación minusvalora la pelota), económicos (el fútbol convertido en negocio aumenta el miedo a perder) y psicológicos que en muchas ocasiones me han parecido obsoletos y traídos por los pelos.

El capítulo catorce es el más técnico. Es una especie de compendio de modos de jugar que me ha levantado un enorme dolor de cabeza: que si sale el líbero, que si entra el alero... todo acompañado de unos esquemas que no aclaran prácticamente nada. Un galimatías del que quizá alguien con más conocimientos pueda sacar algo en limpio. Los capítulos finales son una andanada contra la figura del director técnico (el entrenador) concebido como factótum del juego.

En resumen, un alegato bastante heterogéneo en los argumentos y en la exposición en contra del fútbol resultadista y carente de belleza. Enmarcan el ensayo dos buenos prólogos de Santiago Segurola y Ezequiel Fernández Moores y dos epílogos que quizá intentan abarcar demasiado en demasiadas pocas páginas.

2 comentarios:

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  2. Ya me he acordado.... ¿Conoces «El fútbol a sol y sobra», de Eduardo Galeano?

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