jueves, 31 de julio de 2014

Historia mínima de la literatura española

Historia mínima de la literatura española
José-Carlos Mainer

La palabras «historia de la literatura» concitan de inmediato la imagen poco apetitosa de una asignatura escolar. Y más todavía cuando las acompaña un gentilicio que nos remite a un modelo de aleccionamiento que, desde hace dos siglos por lo menos, han venido soportando muchos estudiantes, a los que se persuadía de que en una lista de autores semiolvidados y en la mención de textos más o menos remotos anidaban los fundamentos de su existencia colectiva.

Para sentir lo que la literatura tiene de experiencia personal de la vida, muchos futuros lectores han tenido que olvidarse de lo que sus primeros libros tuvieron de obligatorio.”

Toda una declaración de intenciones en las primeras líneas de este breve libro, que es una especie de síntesis (al menos en cuanto a enfoque y estilo) de la monumental historia de la literatura española que el propio Mainer ha dirigido (y coescrito) para Crítica.

El repaso es necesariamente fugaz (son solo doscientas páginas para más de mil años de literatura), pero muy claro y muy preciso. Mainer escribe con empaque y hasta nos guiña desde cada bloque escogiendo giros y vocablos que remiten a la época descrita.

También tiene muy en cuenta Mainer la época sobre la que está escribiendo, de manera que los sucesos políticos y sociales le sirven para explicar el tinte de la literatura de cada momento. Por ejemplo, en el capítulo dedicado al humanismo (1500-1580):

Sería, empero, exagerado ver todo de color de rosa en las dos Castillas y en su apéndice andaluz. La cultura era, a menudo, superficial; las universidades, más que mediocres; la mendicidad, más frecuente que en otras partes de Europa, y el fanatismo también fue mayor y sustentado además por un clero inculto y demasiado numeroso.”

O en el que trata la literatura posterior a 1939:

La vida intelectual de la España de 1939 sufrió la muerte, ausencia o silenciamiento de sus mejores valores y, de añadidura, la dura represión de cualquier disidencia presente y pasada: la «nueva España» de Franco execró el legado ilustrado del XVIII, el liberal del XIX y el progresismo del XX, que resumió en la pintoresca expresión de «contubernio judaico-masónico-marxista».”

Está claro que Mainer no pretende ser un gas noble, sin posibilidad de relación con los hechos que narra. En el aspecto estético sigue el mismo camino, que es el adecuado porque de lo contrario esto no habría sido más que otra “historia de la literatura” de las de siempre, consistente en una mera enumeración de autores, libros y detalles sintácticos que son solo el envoltorio de lo que realmente importa.

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