sábado, 8 de octubre de 2011

Cuentos de marcianos, Fredric Brown




Luna de miel en el infierno y otros relatos
Ciencia ficción completa II
Fredric Brown

Hace ya seis años la editorial Gigamesh (que todavía publicaba libros no relacionados con la saga Canción de hielo y fuego) editó en cuatro volúmenes la ciencia ficción completa de Fredric Brown, que también escribió (y en su momento fue bastante popular por ello) novela negra. Los dos primeros recogen todos sus cuentos y el tercero y el cuarto sus novelas.

De Fredric Brown solo había leído la novela Universo de locos, que me pareció en su momento bastante tonta y en la que encontré bastantes pasajes cuyo sentido no entendí. La edición de Gigamesh levantó mucha expectación en los foros dedicados al género, tanta que me decidí a comprar los libros y darle otra oportunidad al autor. Recuerdo que lo primero que ataqué fue la novela que ya conocía y ahora sí encajó todo. Contrasté la edición de Gigamesh con la que yo había leído hacía años (Edhasa) y quedó claro por qué en su día la novela me resultó incomprensible: lo de Edhasa no puede ni calificarse como traducción.

En cualquier caso, es el segundo libro de los dos dedicados a los relatos el que acabo de terminar. Me ha parecido mejor que el primero, que tenía buenos cuentos pero en menor cantidad que este. Lo de esta recopilación es una locura: relatos largos, cortos (de media página de extensión algunos de ellos), ácidos, tiernos, humorados, trágicos... con el alcohol presente en la mayoría (Brown tuvo problemas con la bebida) unas veces para justificar un suceso, otras como contrapunto cómico, otras solo para ambientar... El libro está lleno de ingenio, de imaginación, de sarcasmo, de extravagancias... se termina con la sensación de que el marciano es en realidad el que ideó esas historias: burros que son tomados como representantes de la vida inteligente en el planeta Tierra, hombres que se encierran en un búnker, tortugas alienígenas con poderes telepáticos, malos estudiantes de geometría que se las ven con demonios por no distinguir un pentágono de un hexágono, extraños viajes en el tiempo, artilugios que permiten ocupar el cuerpo de la persona que se tiene delante, alienígenas ludópatas, una lista de grandes descubrimientos perdidos (la invisibilidad, la invulnerabilidad y la inmortalidad), y un larguísimo etcétera hasta completar más de un centenar largo de cuentos.

No me he aburrido ni pizca leyéndolos.

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