lunes, 17 de octubre de 2011

El Gatopardo


El Gatopardo
Giuseppe Tomasi di Lampedusa

Parece que la escritura y la edición de esta novela pasaron por bastantes vicisitudes: su autor no era novelista, el manuscrito fue rechazado varias veces, finalmente se publicó cuando el autor ya había muerto... y después hubo interminables debates sobre lo apropiado de la versión de la novela elegida para esa publicación póstuma. En el prólogo a la edición de bolsillo de Alianza se afirma que, tras décadas de análisis y estudios, esa que tenemos en las manos es la versión “definitiva” del texto, la más próxima a la intención del autor.

He sido reacio a leer esta novela durante muchos años. Me parecía, sin saber nada de ella, una novela sobre nobles, cajitas de rapé, bailes de salón... pensaba que era una especie de Guerra y Paz raquítica derramada a lo largo de centenares de páginas. Esto demuestra lo necios que somos cuando nos dejamos cegar por nuestros prejuicios.

Para empezar es una novela corta y está admirablemente bien escrita (hubo dos pasajes de la novela que me emocionaron especialmente: el episodio en el que el príncipe sale a cazar y la noche del baile). El protagonista de la historia es quien da título a la misma: el Gatopardo, el Príncipe de Salina, el heredero de la saga de los Salina, nobles sicilianos. Las reflexiones de este hombre sobre los acontecimientos políticos de la Italia que se unifica, sobre su familia, sobre sus criados, sobre las gentes que le pagan tributos, sobre los nuevos ricos de la época y, en definitiva, las reflexiones sobre sí mismo y cómo él percibe todos estos sucesos son la razón de ser del libro. Curiosamente no es un libro panfletario ni a favor ni en contra de aquella nueva Italia y es como si el marco temporal se utilizase solo para dar sabor y aroma: ese Fabrizio, Príncipe de Salina, ya había existido antes y sigue existiendo hoy día y nosotros mismos en muchas ocasiones somos y nos sentimos como él.

Una novela gatopardesca.

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